El abismo fiscal de Estados Unidos

Casa Blanca.


Abismo fiscal se le llama a la situación económica desastrosa en la que podría caer Estados Unidos de Norteamérica, si los legisladores de los partidos Demócrata y Republicano, junto con el presidente Barack Obama, no logran ponerse de acuerdo a más tardar el próximo lunes 31 de diciembre, para impedir la entrada en vigor simultánea de un fuerte incremento general de los impuestos y un drástico recorte del gasto público.

Esta crítica situación se origina de cuando el presidente republicano George W. Bush, para enfrentar la crisis financiera dispuso una serie de recortes y exoneraciones de impuestos con el fin de alentar la reanimación de la economía. Sin embargo, aquella medida produjo el daño colateral de que los recortes de impuestos disminuyeron las recaudaciones fiscales, mientras que el gasto público se incrementó desmesuradamente. Después, incapaces de ponerse de acuerdo para enfrentar la situación, los líderes políticos republicanos y demócratas se impusieron un plazo fatal que expira este 31 de diciembre de 2012, para obligarse a acordar una solución mutuamente satisfactoria.

Pero los políticos demócratas y republicanos no han logrado ponerse de acuerdo hasta ahora, cuando solo queda este fin de semana. De manera que a partir del próximo martes, millones de familias estadounidenses cuya renta anual promedia entre sesenta mil y ochenta mil dólares, sufrirían un aumento de su carga impositiva en más o menos dos mil dólares anuales; se aumentarían los aportes al Seguro Social en un dos por ciento; muchos empleados públicos tendrían que ser despedidos; y el impuesto sobre los dividendos pasaría del 15 por ciento que es actualmente al 43.4 por ciento en el año 2013, entre otras gravosas consecuencias. Dicho con otras palabras, la falta de acuerdo provocaría una catástrofe económica.

Según los expertos económicos estadounidenses, el abismo fiscal reduciría en un 0.5 por ciento el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos. Esto pondría fin a la modesta recuperación económica lograda después de varios años de crisis, y empujaría la economía del país a una nueva recesión de nefastas consecuencias, no solo para Estados Unidos sino para todo el mundo, ya que la economía estadounidense es la mayor del planeta y funciona como una locomotora económica mundial.

No en balde la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economista francesa Christine Lagarde, advirtió durante una reciente visita a Chile que el abismo fiscal en Estados Unidos y la crisis de deuda pública en Europa, son actualmente las principales amenazas a la economía de los países latinoamericanos; a los cuales Lagarde recomendó que preparen “colchones financieros” y guarden reservas internacionales, para hacer frente a las probables consecuencias de esos factores que son externos pero no ajenos a América Latina.

En realidad, es muy grande la responsabilidad que tiene el gobierno de Estados Unidos (Ejecutivo y Legislativo), no solo ante su propia nación sino también ante todo el mundo. Pero al parecer no deja de ser cierta la irónica y severa advertencia que hiciera el recordado presidente Ronald Reagan, cuando dijo: “Las nueve palabras más terroríficas en lengua inglesa son: ‘Soy del Gobierno y aquí estoy para ayudar’”.

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