Una encuesta revela la existencia de un apoyo público abrumador a la prohibición de la pesca de especies amenazadas



     Un nuevo estudio mundial demuestra que tres de cada cuatro adultos afirman que deberíamos prohibir la pesca de especies amenazadas (el 77 %) y poner fin a las subvenciones públicas a la pesca que llevan a la sobrepesca y la pesca ilegal (el 73 %).
     Estos datos se conocen en un momento en que se está ejerciendo presión sobre los miembros de la Organización Mundial del Comercio para que pongan fin a las subvenciones a la pesca que están provocando el agotamiento de las poblaciones de peces y representan una amenaza para la seguridad alimentaria de millones de personas.
     El año pasado se destinaron más de 2,5 millones de $EE. UU. por hora —22 200 millones al año— de dinero público a subvenciones perjudiciales para la pesca.
     Puede consultarse información más detallada en www.friendsofoceanaction.org y en https://wef.ch/overfishing.

Ginebra, jueves 19 de noviembre. Más de 7 de cada 10 adultos que compran habitualmente alimentos marinos (el 77 % a escala mundial) apoyan una prohibición de la pesca de especies amenazas, según una encuesta encargada por el Foro Económico Mundial y llevada a cabo por el grupo Ipsos.

El apoyo de los consumidores a unas políticas que pongan freno a la sobrepesca también es generalizado: el 73 % están de acuerdo con una prohibición de las subvenciones públicas a la pesca que contribuyan a la sobrepesca, la sobrecapacidad y la pesca ilegal —una meta clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible—. Más de 7 de cada 10 adultos apoyan también la prohibición de la venta de especies amenazadas de peces en tiendas y restaurantes.

Los resultados pueden consultarse aquí.


Estos resultados se conocen en un momento en que los científicos están intensificando sus advertencias sobre la salud del océano y la alarmante situación en la que se encuentran numerosas poblaciones de peces.

También coinciden con una fase crítica de las negociaciones sobre un acuerdo en el seno de la Organización Mundial del Comercio para poner fin a las subvenciones perjudiciales para la pesca para mediados de 2020. La adopción de un acuerdo es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas.

«Los resultados de esta encuesta demuestran un apoyo abrumador entre los ciudadanos de todo el mundo al fin de la sobrepesca y las políticas que suponen una amenaza para la salud del océano. Todos los años se extraen ilegalmente del océano miles de millones de dólares en productos alimenticios marinos, que son robados de sus comunidades, sus países y la gestión científica. Los consumidores no deben ser receptores de productos robados, y no desean serlo. Ciudadanos de todo el mundo han encomendado un mandato, más firme que nunca, a los líderes mundiales que les insta a propiciar un cambio positivo», afirmó el Embajador Peter Thomson, Enviado Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para los Océanos y Copresidente de Friends of Ocean Action (un grupo compuesto por más de 50 líderes mundiales constituido por el Foro Económico Mundial y el Instituto de Recursos Mundiales).

En el estudio participaron 19 517 adultos menores de 75 años procedentes de 28 países. Se preguntó a los 14 057 participantes (el 71 %) que compran pescado al menos una vez al mes sobre su actitud con respecto a la pesca sostenible y las políticas para poner freno a la sobrepesca.

Al preguntarles sobre su actitud con respecto a la pesca sostenible, más del 70 % de las personas que compran pescado habitualmente afirmaron que los criterios que se mencionan a continuación son muy importantes o algo importantes para ellos a la hora de elegir un tipo de pescado concreto:
·         ¿No figura en ningún listado de especies en riesgo de desaparición (es decir, cuya población se ha reducido drásticamente)? Es un criterio importante para el 81 % de los encuestados, incluida una gran mayoría en prácticamente todos los países (entre el 70 % y el 91 %).
·         ¿Se ha capturado de forma sostenible o se ha criado de un modo que no provocará la reducción de la población de peces con el paso del tiempo? Es un criterio importante para el 80% de los encuestados, incluida una gran mayoría en prácticamente todos los países (entre el 73 % y el 89 %).
·         ¿Se ha capturado o criado localmente? Es un criterio importante para el 72 % de los encuestados, incluidos la mayoría de los encuestados en todos y cada uno de los países (entre el 52 % del Japón hasta el 86 % del Perú).

Al preguntarles sobre políticas para poner fin a la sobrepesca, el 70 % de los adultos apoyaban firmemente o en cierta medida las siguientes políticas y menos del 10 % se oponían firmemente o en cierta medida a ellas:
·         Prohibición de la pesca de todas las especies amenazadas: el 77 % de los encuestados manifestaron su apoyo, incluida una gran mayoría en prácticamente todos los países (entre el 66 % y el 91 %); el 7 % se manifestaron en contra.
·         Prohibición de la venta de especies de peces amenazadas en tiendas y restaurantes: el 77 % de los encuestados manifestaron su apoyo, incluida una gran mayoría en prácticamente todos los países (entre el 66 % y el 90 %); el 7 % se manifestaron en contra.
Prohibición de las subvenciones públicas a la pesca que contribuyan a la sobrepesca, a la sobrecapacidad y a la pesca ilegal: el 73 % de los encuestados manifestaron su apoyo, ·         incluida una gran mayoría en prácticamente todos los países (entre el 65 % y el 87 %); el 7 % se manifestaron en contra.
·         Solicitar a tiendas y restaurantes que informen a los consumidores sobre la situación de amenaza de las especies de peces que venden: el 71 % de los encuestados manifestaron su apoyo, incluida una gran mayoría en prácticamente todos los países (entre el 60 % y el 85 %); el 8 % se manifestaron en contra.

Las empresas, los gobiernos y la sociedad civil están redoblando sus esfuerzos para lograr un cambio sistémico y de gran impacto en la relación de la humanidad con el océano.

En el mes de octubre, Sir David Attenborough, Friends of Ocean Action, el Foro Económico Mundial y WWF lanzaron un mensaje de vídeo contundente a los delegados comerciales congregados en el seno de la OMC. Vea el vídeo en https://wef.ch/overfishing.

El grupo Friends of Ocean Action expuso una visión encaminada a poner fin a la pesca ilegal en el Pacífico en un artículo de Jim Leape, Codirector del Stanford Center for Ocean Solutions.

Según un análisis sobre política marina, el estudio más actualizado y completo sobre las subvenciones a la pesca realizado hasta la fecha, las subvenciones perjudiciales para la pesca reciben más de 2,5 millones de $EE. UU. por hora —22 200 millones al año— de dinero público. Pero la publicación Proceedings of the National Academy of Sciences señala que el aumento de las poblaciones marinas que se produciría al poner fin a estas subvenciones perjudiciales supondría un beneficio de  53 000 millones de $EE. UU. al año para el sector de los alimentos marinos. La mejora de la ordenación pesquera a escala mundial también puede generar beneficios económicos, del orden de los 83 000 millones de $EE. UU., según el Banco Mundial.

El sector de la pesca y la acuicultura da empleo a más de 59 millones de personas y otros tantos centenares de millones de personas dependen de los alimentos marinos como su principal fuente de proteínas. La reducción de las poblaciones de peces también entraña un riesgo para los medios de vida y la seguridad alimentaria de las personas.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más del 33 % del pescado mundial se captura a niveles biológicamente sostenibles, mientras que el 60 % se explota íntegramente, si bien prácticamente uno de cada tres peces capturados en todo el mundo nunca llega al plato. Entretanto, aumenta la demanda de alimentos procedentes del océano debido a que la población cada vez es mayor y está más urbanizada.

«Cada año se destinan más de 20 000 millones de $EE. UU. fondos públicos a subvenciones perjudiciales para la pesca, el 80 % de las cuales se dirigen a flotas industriales. Estas flotas buscan poblaciones de peces que cada vez son más reducidas y, en algunos casos, participan en la pesca ilegal. Estos fondos serían infinitamente más útiles si se destinaran a la incorporación de medidas de defensa contra el cambio climático en las comunidades costeras», afirmó el Embajador Thomson.

Los defensores de estas teorías sostienen que un acuerdo comercial mundial que ponga fin a las subvenciones perjudiciales para la pesca constituye un paso decisivo para salvar el océano, con beneficios colaterales para otros ámbitos del océano y de la salud humana.