MUSAS: En víspera del V centenario de su introducción en América
Por: Manuel González Tejera
En días pasados, en nuestra columna radial FotoSÍNTESIS leímos un párrafo que describe las Musas en la cultura e identidad del pueblo Dominicano, el mismo dice: "Los voluntarios de la Cruz Roja y del Cuerpo de Paz, vinieron con harina de maíz, trigo, leche en polvo y medicinas. El director del hospital (Morgan) me dijo que algunos de los pacientes se estaban poniendo débiles porque no querían comer la comida. “Muchas de estas personas –me dijo- están acostumbrados a comer solo plátanos-guineos y si no los tienen se van a morir”. (Moreno, José A. El Pueblo en armas, revolución en Santo Domingo. Capitulo V, Cuarta edición, Santo Domingo, 2015). Hace 50 años las musáceas eran importantes en la alimentación de los dominicanos, igual que en el día de hoy. Sin comentarios…
Según Las Casas la avanzada de la Orden de los Predicadores llegó a la Española en septiembre de 1510. La misma era encabezada por Fray Pedro de Córdoba junto a Antón de Montesinos y Bernardo de Santo Domingo; tiempo después alcanzaban más de una docena de religiosos que fueron distribuidos en el territorio de la isla (Las Casas, Bartolomé. Historia de las Indias, Tomo II, libro segundo, capitulo LIV, Santo Domingo 1985). Entre los Dominicos del segundo grupo que desembarcó en nuestro territorio se encontraba Tomás Martínez (o Enríquez) Gómez quien ha entrado a la historia como Fray Tomás de Berlanga (conversación entre fray Oscar Valderrama, OP y Fray Manuel Blanquér, OP, “800 años de la Orden de los Predicadores”, Domini Canis, 14 de agosto 2015).
La primera cita sobre la existencia de las “musáceas” (Plátanos y Guineos) en nuestro continente se encuentra en la obra “Décadas del nuevo mundo” de Pedro Mártir de Anglería. Podemos decir que es una referencia “virtual” ya que el autor compiló en Europa informaciones procedentes de las tierras en proceso de conquista y colonización. La misma dice “Los que lo han disfrutado le dan el nombre de plátano. El otro, en cambio, es casi inútil, aunque fructífero, de poca fronda, débil, frágil, de un solo tallo, sin ramas, con pocas hojas, que de largo tienen a lo sumo brazo y medio, y de ancho dos palmos, agudas por abajo”… “Cuando por el rigor del invierno languidecen, inclinan la cabeza, y por su propio peso miran a la tierra; tan pródigo es este árbol de su vigorosa vida, que a los nueve o, cuando más, a los diez meses de nacido, se agosta, envejece y muere”... Esa referencia de Mártir de Anglería fue escrita entre 1522 y 1525, ya que forma parte del libro IX de la Tercera Década. (Mártir de Anglería, Pedro. Décadas del nuevo mundo (1494-1526), Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Santo Domingo 1989).
Las musáceas fueron introducidas en Santo Domingo en 1516 por Fray Tomás de Berlanga, quien, durante el ejercicio de su labor evangelizadora padeció la carestía de alimentos tal como los demás habitantes de la isla. Berlanga llegó a ser prior del Convento de la Orden de los Predicadores. Bajo su dirección, en 1524, se inició la construcción de la iglesia que conocemos en la calle Padre Billini, frente al parque que honra a nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte (ver foto #2).
El año de introducción de las musáceas o plátanos lo conocemos gracias a Gonzalo Fernández de Oviedo, cuando nos dice en 1535: “Cuanto a la verdad, no se pueden llamar plátanos (ni lo son); mas aqueso que es, segund he oído a muchos, fue traído este linaje de planta de la isla de Gran Canaria, el año de mil e quinientos y diez y seis años por el reverendo padre fray Thomas de Berlanga, de la Orden de los Predicadores, a esta cibdad de Santo Domingo; e desde aquí se han extendido en las otras poblaciones desta isla y en todas las otras islas pobladas de cristianos e los han llevado a la Tierra Firme” (Fernández de Oviedo, Gonzalo, Historia General y Natural de las Indias, islas y tierra-firme del mar océano, Real Academia de la Historia, Madrid, 1851, paginas 291-292) En la página #4 del anexo mostramos los dibujos de la planta realizados por el autor.
En 1526 el mismo Gonzalo Fernández de Oviedo, hace una descripción pormenorizada de los plátanos la cual presentamos en la página #3 del anexo (Fernández de Oviedo, Gonzalo, Sumario de la natural historia de las Indias, Santo Domingo, 1978.). Fernández de Oviedo además de haber sido el primer cronista del nuevo mundo fue el alcaide de la fortaleza Ozama, lugar donde escribió su monumental obra. Sus restos reposan desde 1557 en la “Capilla de Jesús de la columna” que es la primera capilla que se encuentra a la derecha de la puerta oeste de nuestra Catedral Metropolitana y Primada de Indias, Basílica Menor de la Virgen de la Anunciación.
En el año de 1516, como hemos visto, año de la introducción del plátano, fungía como “gobernador” de la Colonia desde junio de 1515 hasta el 20 de diciembre de 1516, quien era Juez de Residencia, el licenciado Cristóbal de Lebrón, por endeNicolás de Ovando no tuvo ninguna relación con los plátanos ya que fue gobernador hasta el 11 de julio de 1509, previo a la llegada de los Dominicos. Don Diego Colón fue gobernador hasta inicios de 1510 y posteriormente volvió entre 1520 hasta septiembre de 1523 (Tejera, Emiliano. Gobernadores de la isla de Santo Domingo, siglos XVI-XVII. Boletín del Archivo General de la Nación, No. 18, Santo Domingo, octubre 1941).
Se aproxima un nuevo año, independientemente de haber sido declarado por las Naciones Unidas el 2016 como el año internacional de las LEGUMINOSAS, en la República Dominicana y en la mayoría de los países de América Latina y El Caribe debemos celebrar el JUBILEO del QUINTO CENTENARIO de la introducción de las musáceas en nuestro continente!
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