FAO, CEPAL e IICA:
Agricultura familiar gana al comercializar productos en ferias
cercanas
Un nuevo boletín de FAO, CEPAL e IICA explica cómo los sistemas de
comercialización de alimentos basados en la venta directa y la proximidad
benefician al consumidor y a la agricultura familiar.
San José, Costa
Rica, 18 de Noviembre, 2014 (IICA). La comercialización en “circuitos de proximidad” de
alimentos frescos, producidos a nivel local y de manera sostenible, se ha
convertido en un factor clave para fortalecer la competitividad de pequeños
productores agrícolas alrededor del mundo, al tiempo que los consumidores se benefician
con alimentos más saludables y próximos a su localidad.
Pueden denominarse bioferias, mercados ecológicos,
de proximidad, orgánicos o simplemente ferias… Según el país su nombre puede
cambiar, pero lo cierto es que estos circuitos comerciales cortos marcan la
diferencia: reducen al mínimo la intermediación y conectan la oferta local con
la demanda de alimentos.
Así lo indica un análisis que acaban de publicar el
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El documento Fomento de circuitos
cortos como alternativa para la promoción de la agricultura familiar
explora las nuevas tendencias en el consumo y comercialización de productos
agroalimentarios y recoge las experiencias de diferentes países que han hecho
de las ferias locales y el comercio directo una herramienta para contribuir con
el desarrollo económico y social de los territorios.
Estas experiencias dan cuenta de que el apoyo a
estas nuevas formas de comercialización, además de mejorar los ingresos de los
pequeños productores, también influyen de manera positiva en los hábitos
alimenticios de las comunidades.
De acuerdo con el informe, en América Latina, Europa
y otras partes del mundo existe una demanda creciente de transparencia en la
cadena alimentaria para tener mayor conocimiento sobre el origen y el impacto
social y ambiental de los procesos productivos.
“Es necesario entender el potencial que tiene la
agricultura familiar para responder a las exigencias de las sociedades. Las
ferias agrícolas, y en general los circuitos cortos de comercialización,
benefician la inserción de los pequeños productores en el mercado. Estos
canales permiten desarrollar relaciones de confianza, ya que revalorizan el
conocimiento sobre el origen del producto y los territorios rurales donde
fueron producidos”, aseguró Hugo Chavarría, especialista del Centro de Análisis
Estratégico para la Agricultura (CAESPA) del IICA.
El escrito rescata casos de
éxito presentados en la región, incluidos algunos en Chile, Perú y Brasil,
entre otros, donde las ferias libres cumplen un rol fundamental en la
comercialización de productos a nivel local, ya que la consolidación de la
oferta ha permitido superar el problema de los bajos volúmenes de producción.
“La mayoría de los pequeños agricultores de América
Latina no logran cumplir con las exigencias de los canales comerciales más
formales, como las relacionadas con el volumen, las formas de pago y la logística.
Estos canales cortos de comercialización han posibilitado no solo que los
productores vendan de forma directa y en efectivo a los consumidores, sino
también que los consumidores adquieran productos de temporada, sanos y frescos
producidos de manera sostenible en territorios cercanos a los puntos de venta”,
aseguró el Gerente de CAESPA, Miguel García.
El documento ofrece una serie de recomendaciones que
pueden ser implementadas por el sector público y privado que procuran
fortalecer el desempeño de los circuitos cortos como estrategias para la
comercialización de la agricultura familiar. Entre ellas destacan:
- Identificar, conectar y fortalecer la oferta y la demanda local de alimentos, con el objetivo de crear vínculos entre productores y consumidores de los territorios cercanos. Para esto es necesario fomentar el desarrollo de la tecnología que establezca canales de información que fomenten la interacción entre ellos.
- Implementar programas de mejoramiento para la calidad e inocuidad de los alimentos y el desarrollo de habilidades como la gestión, el marketing y la comercialización.
- Promover, desde el Estado y los gobiernos locales, mecanismos de comercialización para la agricultura familiar, como las compras públicas locales para escuelas, hospitales y cárceles y la contratación de servicios de alimentación que faciliten la participación de los productores locales.
- Desarrollar programas para fomentar la participación de asociaciones de productores y consumidores en el diseño de las iniciativas y proyectos productivos y comerciales, de manera que aumente la sostenibilidad de las iniciativas.
También resalta la importancia de diseñar políticas
públicas que estimulen esta actividad productiva mediante campañas de
concientización sobre los beneficios del consumo de alimentos frescos que
incluyan a las nuevas generaciones para que adopten un estilo de vida saludable
y que enfaticen la importancia de revalorizar la identidad cultural, productiva
y alimenticia de los territorios rurales.
Este boletín es un complemento de libro Perspectivas de la agricultura y del desarrollo
rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe 2014, el cual publican FAO, CEPAL e IICA cada dos años.
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