La FAO elogia a Marruecos por lograr el ODM-1 y ambos firman un acuerdo de Cooperación Sur-Sur
23 de abril de 2014, Meknés, Marruecos/Roma – Los países tienen que cambiar a sistemas alimentarios más sostenibles y reforzar las medidas para mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, al intervenir ante los participantes del 7º Salón Internacional de la Agricultura en Marruecos (SIAM).
"Todo lo que hagamos tiene que tener en cuenta el cambio climático”, aseguró. "Y el momento es ahora. No podemos permitirnos esperar”.
"El cambio climático tiene el potencial de reconfigurar el escenario de la producción alimentaria del planeta", dijo Graziano da Silva, añadiendo que ha reintroducido "un elemento de incertidumbre”, tras décadas en las que el hambre se debía más a la falta de acceso a medios para producir o comprar alimentos, que a la falta de suministros a nivel mundial.
"Los más pobres del mundo son particularmente vulnerables”, advirtió. “No sólo tienen menos medios para reaccionar, sino que también tienden a vivir en zonas de producción ya marginales”, donde se siente aún más el impacto del cambio climático en la producción agrícola.
Hizo referencia a las recientes conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que reflejan estas preocupaciones y pidió actuar con urgencia.
El Director General de la FAO destacó también la agricultura familiar como herramienta para el desarrollo y la estabilidad rural, recordando que las Naciones Unidas han declarado 2014 el Año Internacional de la Agricultura Familiar.
La reunión de alto nivel contó con la presencia de Alpha Condé, Presidente de la República de Guinea; Ibrahim Keita, Presidente de Malí; Aziz Akhannouch, Ministro de Agricultura y Pesca de Marruecos; y los ministros de agricultura de más de una docena de países.
Cuestión transversal
En su discurso, Graziano da Silva señaló que el cambio climático es un reto que tanto las grandes explotaciones familiares modernas como los pequeños agricultores familiares deberán afrontar.
El cambio climático es una cuestión transversal que abarca una amplia gama de prioridades del desarrollo, incluyendo la erradicación del hambre, el apoyo a la producción sostenible, la reducción de la pobreza rural, la mejora de los mercados alimentarios y la creación de resiliencia, explicó.
Indicó que unos 500 millones de explotaciones familiares representan alrededor del 80 por ciento del total de explotaciones a nivel mundial, pero que entre ellas figuran también muchas de las familias más vulnerables del mundo.
Los agricultores familiares alcanzan cerca del 70 por ciento de todos los hogares con inseguridad alimentaria en las zonas rurales de los países en desarrollo.
“Al ofrecer un apoyo adecuado a la agricultura familiar, podemos combatir la inseguridad alimentaria llegando a un grupo que es de por sí vulnerable, y aumentando el suministro de alimentos donde más se necesita”, señaló Graziano da Silva. Añadió que vincular el apoyo productivo a la protección social ayudaría a impulsar el desarrollo local sostenible e inclusivo.
Graziano da Silva elogió también al gobierno de Marruecos por su Plan Maroc Vert, o “Plan Marruecos verde”, para el desarrollo agrícola, asegurando que reconocía las distintas necesidades tanto de los pequeños agricultores como de las explotaciones familiares de mayor tamaño. Igualmente, elogió a Marruecos por la reducción de la subalimentación a menos del 5 por ciento de su población, de acuerdo con los objetivos específicos establecidos por el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM-1) de la ONU de reducir el hambre y la pobreza para el año 2015.
"No podemos subestimar la importancia que la agricultura y la producción a pequeña escala tienen en la creación de empleos y la generación de ingresos", dijo Graziano da Silva. Esto resultará crucial en África, subrayó, donde la mitad de la población tiene menos de 25 años.
Cooperación Sur-Sur
El Director General y los ministros marroquíes de Agricultura y Pesca y de Economía y Hacienda firmaron un acuerdo para apoyar proyectos de seguridad alimentaria en otras partes de África a través del programa de Cooperación Sur-Sur (CSS) de la FAO. El innovador acuerdo es el primero bajo la iniciativa CSS de la FAO que combina fondos del gobierno y del sector privado con este objetivo.
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