En 1940, Estados Miembros de esta Organización compartieron una visión sumamente vanguardista que resultó en uno de los instrumentos jurídicos regionales de mayor alcance en el área ambiental: La Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América.
Hoy en día esta Convención es la base de esfuerzos nacionales y de la cooperación hemisférica en apoyo de la implementación de un gran número de instrumentos multilaterales.
Algunos ejemplos de estos esfuerzos incluyen la reciente creación de la segunda área protegida marina de Haití, así como las alianzas que hemos construido para apoyar a nivel hemisférico la implementación del Convenio de la Diversidad Biológica (CBD), la Convención Internacional del Comercio de Especies Amenazadas y la Convención de Especies Migratorias.
Nuestro Hemisferio acoge la más exuberante belleza escénica, las regiones más biodiversas y recursos naturales únicos en el planeta, además de ser el paraíso de miles de especies migratorias, como la monarca y el colibrí, símbolo de nuestra más reciente Cumbre de las Américas, que inician y terminan sus jornadas en los jardines de nuestros vecindarios, en nuestros parques, en las áreas protegidas y monumentos naturales que existen gracias a esa visión Panamericana de más de seis décadas para construir la paz a través de la cooperación ambiental.
En observancia de este primer día Mundial de la Vida Silvestre, quiero invitar a todo el Sistema Interamericano a unirse a la OEA y a las Naciones Unidas para celebrar el patrimonio natural de las Américas, los desafíos en su conservación y uso sostenible así como las lecciones que cada día aprendemos al tratar de enfrentarlos en un espíritu de diálogo, cooperación y solidaridad.
Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org.