Debemos tomar conciencia sobre el cuidado de la biodiversidad
No es posible concentrarse en mejorar el rendimiento de las cosechas sin tomar en cuenta la fertilidad del suelo, malezas, plagas, patógenos y animales polinizadores. La tala de árboles, la desecación de humedales, la fumigación en laderas, entre otros, pueden significar impactos irreversibles sobre el ambiente.
En la actualidad, existe un motivo común de inquietud, es el hecho que las actividades humanas han reducido la diversidad biológica a escala mundial, nacional y regional y que esta tendencia no ha mostrado signos de modificarse. Esto se manifiesta en la pérdida de poblaciones de animales y vegetales, en la extinción y agotamiento de los recursos y en la simplificación de ecosistemas y comunidades.
Un problema frecuente es la falta de información básica sobre los recursos de cada nación o región, muy pocas tienen inventarios o estudios biológicos básicos y muchas carecen de un simple mapa ambiental del área. La mayoría carecen de planes de gestión específicos o adolecen de falta de medios económicos y personal especializado, aparte de una escasa organización institucional. Es por esto, se requieren estrategias adecuadas en materia de planificación y manejo de recursos, que permitan por un lado revertir la degradación de losecosistemas y por el otro asegurar el aporte que estos hacen al bienestar humano.
La extinción de especies vegetales y animales es uno de los síntomas más preocupantes, ya que constituye un proceso irreversible que nos priva para siempre de un material genético único e irremplazable del que tal vez ni siquiera sepamos aún que aplicaciones prácticas podrá tener en beneficio de la misma humanidad que los destruye. Este tal vez sea el concepto más fácil de comprender en el mundo materialista e interesado en que habitualmente nos movemos, pero no es el único motivo que aconseja la conservación de especies. Efectivamente ya tendría que bastarnos el solo hecho de no alterar sustancialmente la delicada trama que une a los seres vivos entre sí, y que nos recuerda que cada especie ocupa un nicho ecológico peculiar que, con su extinción, o bien queda vacante o es ocupado por otras especies más ubicuas. Con lo cual se simplifican o desaparecen cadenas alimenticias singulares, y como si esto fuera poco, el solo derecho a coexistir en el planeta Tierra en las especies vegetales y animales debería erigirse como el principal argumento para evitar la extinción por todos los medios.
La preocupación no viene por el hecho de que desaparezca alguna especie, sino porque se teme que estamos asistiendo a una masiva extinción. Lo que preocupa, y muy seriamente, es la posibilidad de provocar una catástrofe que arrastre a la propia especie humana.
Los organismos que han habitado la Tierra desde la aparición de la vida hasta la actualidad han sido muy variados. Los seres vivos han ido evolucionando continuamente, formándose nuevas especies a la vez que otras van desapareciendo. Se calcula que sólo sobreviven en la actualidad alrededor del 1% de las especies que alguna vez han habitado el planeta.
Si calculamos la tasa de extinción de este momento, basándonos en los números de especies por área, teniendo en cuenta la pérdida de bosques tropicales (aproximadamente 1/3 en los últimos 40 años), se extinguen 50.000 especies por año (sólo 7.000 de ellas conocidas). Esto representa 10.000 veces la tasa natural de extinción y significa un 5% del total de especies por década. De mantenerse estos números, a fines del siglo XXI habrán desaparecido dos tercios de las especies de la Tierra. Leer Mas Clic Aquí…!!!
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