Lea más sobre esta investigación en la revista 'Agricultural Research'. |
Estudios por científico del suelo Gary Varvel y sus colegas están proveyendo nueva información sobre la profundidad del secuestro de carbono en el suelo. Esta información podría cambiar significativamente el manejo de cultivos usados para la producción de bioenergía. |
El secuestro de carbono no es tan sencillo en la producción de cultivos de biomasa
Por Ann Perry
20 de febrero de 2014
20 de febrero de 2014
Hallazgos por científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) están proveyendo nueva información sobre la dinámica de carbono de suelo que tiene un papel imprescindible en calculaciones del ciclo de vida de la producción de bioenergía.
ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés), y estos estudios apoyan la prioridad del USDA de desarrollar nuevas fuentes de bioenergía.
Retener el carbono en el suelo—un proceso llamado el secuestro de carbono—significativamente afecta la fertilidad del suelo y las emisiones de los gases del efecto invernadero. Por consiguiente, el secuestro de carbono tiene un mayor impacto en la sostenibilidad a largo plazo de la producción de cultivos bioenergéticos.
Un grupo de científicos del ARS realizó una investigación de 9 años sobre el impacto del uso de fertilizantes y los métodos de cosecha en el secuestro de carbono en cultivos bioenergéticos. Los científicos incluyeron genetista Ken Vogel, científico del suelo Gary Varvel, agrónomo Rob Mitchell, y científico del suelo Ron Follett.
El grupo aplicó fertilizante de nitrógeno en tres diferentes tasas en campos de Panicum virgatumperenne y maíz anual producido con la cero labranza para determinar el impacto de las prácticas de manejo en el secuestro de carbono. El rastrojo de maíz—los residuos de las plantas de maíz—no se quitó en la mitad de los campos. En la otra mitad, los científicos quitaron solamente la mitad de los residuos.
Los científicos descubrieron que en los campos de maíz, los niveles de carbono en el suelo aumentaron con el tiempo en todas profundidades del suelo, con todos los tratamientos de nitrógeno, y con todas las prácticas de manejo postcosecha. También descubrieron que más del 50 por ciento del carbono en el suelo fue en profundidades de 1 pie a 5 pies debajo de la superficie del suelo.
Más del 50 por ciento del carbono en el suelo de los campos de Panicum virgatum también fue de 1 pie a 5 pies debajo de la superficie del suelo. El aumento medio de carbono del suelo por los primeros 5 pies del suelo también fue más de 0,9 toneladas por acre por año, el cual es igual de 3,25 toneladas de dióxido de carbono por acre por año.
El grupo concluyó que las calculaciones sobre las tasas del secuestro de carbono para los cultivos bioenergéticos tienen que tomar en cuenta los efectos del cultivo específico, las diferencias en el suelo, las condiciones ambientales, y las prácticas de manejo. Además, las raíces profundas de estas plantas requieren muestras de suelo hasta una profundidad de 5 pies para explicar los aumentos en el carbono en el suelo.
Los resultados de este estudio han sido publicados en la revista 'Bioenergy Research' (Investigaciones sobre Bioenergía).
Vogel se jubiló recientemente de la Unidad de Investigación de Granos, Forraje y Bioenergía mantenida por el ARS en Lincoln, Nebraska. Mitchell todavía trabaja en esa unidad. Varvel se jubiló recientemente de la Unidad de Investigación del Manejo de Agroecosistemas mantenida por el ARS en Lincoln, Nebraska, y Follett se jubiló recientemente de la Unidad de Investigación de Suelo, Plantas y Nutrición mantenida por el ARS en Fort Collins, Colorado.
Lea más sobre esta investigación en la revista 'Agricultural Research' de febrero del 2014.
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