Resabios izquierdistas contra la minería
Por FABIO HERRERA MINIÑO
herreraclubnaco[@]gmail.com
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El refugio efectivo que los cerebros pensantes del comunismo arrollador de los años 80 del siglo pasado han encontrado, al reciclarse después del derrumbe del paraíso socialista en los 90, en la ecología y la protección al medio ambiente, lo han convertido en el escenario para hacerse sentir e incordiar todos los planes de desarrollo que no vayan de acuerdo a sus nuevas teorías.
Y el país no podía estar libre de esa presión de atraso. Y conociendo las simpatías que tiene la gente para que se cuide el medio ambiente, las izquierdas han enarbolado la bandera proteccionista que tienen muchos adeptos militantes y aguerridos que se hacen sentir, atemorizando a los que tratan de compaginar las necesidades humanas con el cuidado ambiental.
Ya esos ex izquierdistas han cosechado sonoros triunfos al asustar a los tímidos sectores capitalistas y oficiales, entorpeciendo de mala manera el desarrollo. Y eso es cuando les conviene, como ocurre con el caso del níquel de Loma Miranda y su tenaz oposición, que ha llevado a declararlo Parque Nacional, contrastando con la pasividad y desinterés para objetar la carretera Cibao-Sur, que si se construyera, ocasionaría un daño mortal y permanente a la ecología nacional, contrario a la explotación del reducido espacio de Loma Miranda, con escasos recursos fluviales.
Pero la bulla ecologista de los izquierdistas ha atemorizado a un sector profesional, que estaba en proceso de consolidación, al contar con un panorama muy positivo de importantes yacimientos de minerales en todo el territorio con vocación de explotación rentable, pero todo está al borde del colapso si sectores oficiales, muchos de ellos de extracción de izquierda se atemoricen, y al hacerle el juego a sus antiguos compañeros, prefieran engavetar todos los esfuerzos que ya se han realizado para llegar al punto de estar listos para iniciar la explotación con el temor que ese paso se caiga y se archive por un largo tiempo.
Los geólogos e ingenieros de minas están preocupados por la agresividad e intransigencia de los ecologistas, que al darse cuenta que el poder adquirido les permite amedrentar a la sociedad civil, para de esa manera ejercer un chantaje muy sutil, en donde una pléyade de jóvenes son las comparsas o tontos útiles para hacer el coro a cerebros bien programados, buscando lograr lo que por medio de revoluciones para destruir el sistema de la libre empresa, no lo lograron cuando tenían vigencia mundial y ahora tienen la oportunidad de oro para entorpecer el desarrollo nacional.
Entonces, el desarrollo de la minería para el aprovechamiento de los vastos recursos que tiene el subsuelo quisqueyano, se empantana cuando ya todo el mundo se siente temeroso de apoyar que el suelo sea removido para extraerle sus riquezas, a cuenta de la destrucción del medio ambiente con la devastación de los recursos forestales, que por experiencia y promesas incumplidas, se convierten en terrenos desolados por el poco interés, de quienes ocasionaron el daño, resarcir en parte la destrucción que ocasionaron cuando extrajeron sus riquezas.
La minería tiene futuro en el país, ya que el territorio de la isla guarda en su seno toda clase de minerales de alto valor. Con frecuencia, con las exploraciones vigentes se están descubriendo yacimientos de alto valor comercial, pero es probable que esas empresas, con la concesión de exploración, se reservan sus hallazgos hasta ver de cómo la mentalidad, influenciada por la izquierda ecologista, pierda su agresividad y la ciudadanía se libere de esos temores que le ha inculcado esa izquierda, y el gobierno se sienta en capacidad de autorizar explotaciones condicionados a la protección del medio ambiente, para que la ciudadanía se de cuenta que se puede convivir con una explotación racional de sus recursos, siempre y cuando exista una supervisión y control incorruptible, que impida a los empresarios mineros llevar a cabo sus trabajos en detrimento de la vida nacional.
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