"Pájaroluna": Amenazado por el Cambio Climático
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Hace unas décadas -nos cuenta Erika Bolstad, del McClatchy Washington Bureau- miles de Playeros Escarlatas (Calidris canutus) sobrepoblaban las playas arenosas del Puerto de Mispillion en la Bahía de Delaware, deleitándose con huevos frescos de los cangrejos herradura (Limulus polyphemus), invertebrado marino que en realidad no es un cangrejo, tan abundantes en esas playas que les daban un aspecto gelatinoso.
Más pequeños que una gaviota, pero más grandes que un ruiseñor, estos playeros figuran entre las criaturas del reino animal que recorren mayores distancias. El Playero Escarlata viaja cada año a la región ártica canadiense desde sus predios de invierno en Tierra del Fuego, en la punta extrema de Sudamérica, adonde regresa cuando termina la época de cría (15 mil Km). Pero cada año, sus poblaciones disminuyen.
Estas aves, que pertenecen a una élite de atletas entre las aves, capaces de vuelos sin escala de hasta 2500 Km, hacen una parada táctica en primavera en la Bahía de Delaware, durante la postura de los cangrejos herradura. Se atragantan de huevos hasta que alcanzan el doble de su peso normal, acumulando reservas para el largo viaje hacia el ártico que todavía les espera, donde criarán sus propios hijos.