Imagen integrada 1 Sembrando innovación para cosechar prosperidad
Reactivación de agroindustrias puededesencadenar el desarrollo territorial
Proyecto del IICA elaboró una metodología para impulsar el desarrollo territorial mediante el encadenamiento de las agroindustrias y el empoderamiento de la población rural.
San José, Costa Rica, 8 de julio, 2013 (IICA). La Comarca Andina del Paralelo 42, en la Patagonia argentina, es un sitio muy reconocido entre la población de este país por su producción de frutas finas, como frambuesas, cerezas y arándanos, y en menor medida por la elaboración de cervezas artesanales y el cultivo de lúpulo.
Muchos argentinos conocen el lugar, incluso es un destino turístico muy visitado, pero pocos saben que la Comarca no es una unidad territorial, administrativamente hablando.
“La Comarca es un modo de vida que integra el paisaje de los Andes, las relaciones entre los habitantes de la región y su forma de producir; una construcción colectiva que permite vivir y trabajar en el territorio”, explicó Hernando Riveros, especialista del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en un taller en el que se discutieron los resultados de un proyecto que pretende impulsar el desarrollo de territorios rurales en América Latina y el Caribe.
La iniciativa, llamada Desarrollo territorial aplicando el enfoque SIAL, se ejecutó en la Comarca Andina, el Sur Alto de Costa Rica, el Valle del Intag en Ecuador y Tenancingo en México.
El enfoque de Sistemas Agroalimentarios Localizados (SIAL) procura activar las agroindustrias y otros recursos propios de los territorios rurales, revalorizar estas áreas y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, de acuerdo con François Boucher, coordinador del proyecto.
Boucher es especialista del IICA en México e investigador del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD, por sus siglas en francés).
La metodología SIAL se basa en la relación territorio – actores – producto. Busca impulsar una nueva vía de gestión territorial que articule las actividades productivas de un territorio y permita el empoderamiento de los actores locales, con especial énfasis en la articulación de sus organizaciones y el encadenamiento productivo de sus agroindustrias.
En el caso argentino, aunque no existe una articulación política o institucional de los órganos administrativos que se ubican en los cuatro municipios que forman la Comarca Andina, la industria turística sí ha logrado cohesionar y dar un sentido de identidad a las diversas actividades productivas de la zona: los turistas pueden comerse las frutas finas del lugar, probar su cerveza y comprar las artesanías hechas por sus habitantes.
Esta dinámica fue aprovechada por el proyecto de aplicación del SIAL, llevado a cabo entre 2011 y 2013. “Nos propusimos transformar el proceso de activación de recursos específicos con enfoque SIAL en una herramienta operativa para promover el desarrollo territorial, al articular, reforzar y potenciar las sinergias entre todos los actores locales de un territorio”, dijo Boucher.
El proyecto del IICA, financiado con recursos de su Fondo Concursable para la Cooperación Técnica (FonCT), fue apoyado por el CIRAD y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina.
A partir de esta iniciativa se construyó una guía metodológica para aplicar el enfoque SIAL en los procesos de desarrollo de otros territorios rurales del hemisferio.
Resultados
En el taller realizado en la sede central del IICA se expusieron los principales proyectos de activación de los territorios, surgidos del trabajo realizado en cada uno de los sitios escogidos.
En el Sur Alto de Costa Rica, entre los cantones de Buenos Aires y Coto Brus, se desarrolla un sello de calidad territorial para los productos de la zona, como el café, los frijoles y la miel. También se impulsa la creación de una agrotienda para la comercialización de estos bienes y un mapa de promoción turística y de las agroindustrias rurales de la zona.
En el Valle del Intag ecuatoriano, en la provincia norteña de Imbabura, se elaboran proyectos para presentarlos al fondo internacional Global Environment Facility (GEF), destinados al fomento de la producción agropecuaria mediante una red de fincas de aprendizaje y el manejo comunitario de microcuencas, entre otros objetivos.
La creación y consolidación de un comité de artesanos, así como de un centro de promoción y comercialización de sus productos, son algunas de las iniciativas que se impulsan en Tenancingo, estado de México.
El impulso a las actividades agropecuarias, gracias a su vinculación con el turismo, y propuestas específicas para ordenar el territorio con criterios de vocación productiva, destacan en el trabajo realizado en la Comarca Andina del Paralelo 42, entre las provincias de Río Negro y Chubut, en la Patagonia andina de Los Lagos, Argentina.
Los proyectos de activación pretenden brindar soluciones a problemas detectados en los cuatro territorios. De manera general, algunas situaciones encontradas son débiles políticas sectoriales, altos costos de producción, inefectiva comercialización de productos y servicios, informalidad y escasa agregación de valor, alto impacto ambiental de las actividades productivas e individualismo de los productores.