En Costa Rica, el IICA y la CEPAL firmaron un convenio para desarrollar acciones conjuntas  que promuevan mejoras en el sector agrícola y las zonas rurales de América Latina y el Caribe.


San José, Costa Rica, 16 de abril, 2013 (IICA). El aprovechamiento de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la agricultura requiere políticas públicas que las impulsen, una visión de largo plazo que garantice el acceso a los productores y alianzas público-privadas que permitan aumentar la conectividad de las zonas rurales, de acuerdo con un seminario internacional efectuado en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en el que participan autoridades públicas, representantes empresariales y consultores en el tema.
La inauguración del seminario, llamado Las tecnologías digitales para la competitividad, la inclusión social y el desarrollo sostenible en la agricultura costarricense, estuvo a cargo de Víctor M. Villalobos, Director General del IICA; Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Marta Villegas, Directora de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agrícola (SEPSA), del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica (MAG); y Otto Rivera, Director Ejecutivo de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (CAMTIC).
Villalobos expresó que la incorporación de las TIC en la agricultura ya ha permitido aumentar la productividad del sector, hacer más equitativa la distribución de beneficios y desarrollar esquemas más sostenibles de uso de los recursos naturales, pero hay tareas pendientes.
“América Latina ha avanzado en la promoción de las TIC en el sector agrícola, pero aún tiene retos institucionales y productivos que superar. El IICA y otras agencias debemos unirnos para identificar cuellos de botella y facilitar estrategias que impulsen un mayor aprovechamiento”, dijo Villalobos en la inauguración.
Alicia Bárcena resaltó el papel de las TIC en el incremento de la competitividad agrícola y como herramienta para gestionar el conocimiento a lo largo de las cadenas productivas. Los desafíos a los que se enfrentan estas tecnologías son tanto de la oferta como de la demanda, consideró.
“Por el lado de la oferta, se requieren políticas públicas y banda ancha, mientras del lado de la demanda lo más importante es la educación, pues el uso de las TIC está asociado, por ejemplo, a la edad”, manifestó la Secretaria Ejecutiva de CEPAL.
En Costa Rica, afirmó Marta Villegas, de SEPSA, el uso de las TIC está contemplado como tema transversal en la Política de Estado para el Sector Agroalimentario y el Desarrollo Rural 2010-2021: “Forma parte del pilar de competitividad, pero realmente está presente en todas las áreas de la política, como innovación y desarrollo tecnológico, gestión de territorios rurales y agricultura familiar y gestión del cambio climático”.
El seminario internacional, que empezó el 16 y se extenderá al 17 de abril, procura que autoridades, empresarios y consultores de América Latina identifiquen sinergias que permitan elevar el aprovechamiento de las TIC en la agricultura regional, particularmente en Costa Rica.
“Estamos logrando un encadenamiento entre dos sectores productivos de muchísima importancia, el sector agrícola y el de tecnologías digitales, con la intención de combinar experiencias y conocimientos que permitan identificar las necesidades y retos de los productores agrícolas, así como educar e informar al sector agrícola sobre el uso de las tecnologías digitales para lograr una mayor productividad”, expresó Otto Rivera, de CAMTIC.
Acuerdo IICA-CEPAL                                        
Tras inaugurar la reunión, Víctor M. Villalobos y Alicia Bárcena suscribieron un acuerdo en el que se enmarcarán próximas acciones conjuntas entre IICA y CEPAL, mediante las cuales se buscará impulsar la agricultura de América Latina y el Caribe.
El acuerdo tiene como objetivo colaborar con los países miembros de ambas organizaciones para que aceleren el desarrollo competitivo, sostenible e inclusivo de la agricultura y los territorios rurales.
Las áreas de cooperación serán las referidas a productividad, competitividad, inclusión social, cambio climático y manejo sostenible de recursos naturales, innovación agrícola, situación de las mujeres y los jóvenes rurales e integración de la agricultura familiar a las cadenas de valor.
El acuerdo tendrá una vigencia de cinco años prorrogables.