Un nuevo estudio sostiene que para conservar con éxito las razas, hay que empoderar a las mujeres.

 
© FAO/G. Bizzarri
Roma -
 Las mujeres que crían ganado en todo el mundo deben ser consideradas las principales protagonistas en los esfuerzos por detener el declive de las razas autóctonas, cruciales para la seguridad alimentaria rural y la zoogenética, según sostiene un nuevo estudio de la FAO.
Sin embargo, la contribución de las mujeres a la cría y conservación del ganado autóctono está infravalorada y poco documentada, según advierte el estudio Guardianas invisibles: las mujeres gestionan la diversidad ganadera.
De los 600 millones de criadores pobres de ganado en el mundo, alrededor de dos terceras partes son mujeres, cuyos maridos a menudo han emigrado a las ciudades. Las mujeres se quedan en casa con los hijos y viven de los cultivos y del pequeño ganado autóctono, como pollos o cabras, o en ocasiones, una vaca.
Las razas autóctonas están adaptadas a condiciones locales a menudo duras, son resistentes a la enfermedad, sobreviven con forrajes fáciles de obtener a nivel local y en general cuidar de sí mismos. Estas razas no producen una gran cantidad de carne, leche o huevos, pero requieren escasos cuidados por parte de mujeres rurales pobres que están siempre muy atareadas.
Estas razas son también una reserva de material genético irremplazable. A menudo tienen rasgos como resistencia a la enfermedad que pueden ser importantes para los programas de mejora genética. Y en un mundo amenazado por el cambio climático, las razas que son resistentes a la sequía, el calor extremo o las enfermedades tropicales tienen un gran valor potencial.
Los problemas pueden surgir cuando existen proyectos o autoridades nacionales que tratan de introducir razas exóticas o cruces para tratar de aumentar la producción de carne, leche y huevos para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos. Estos animales necesitan piensos especiales y a menudo caros, deben ser alimentados en lugar de alimentarse por sí mismos, necesitan costosos cuidados veterinarios y no pueden sobrevivir a la sequía prolongada u otras condiciones meteorológicas extremas.
Los criadores rurales pobres de ganado, y en particular las mujeres, a menudo no pueden conseguir los insumos o el tiempo necesario para criar a estos animales con éxito. En caso de que la introducción de estas razas y la intensificación de la producción tenga éxito y se convierta en una importante fuente de ingresos en efectivo, las mujeres a menudo pierden su papel como criadoras de ganado.
Necesidad de documentar el papel de la mujer
Las ventajas de las razas autóctonas se conocen desde hace tiempo. Pero el estudio de la FAO afirma que el papel de la mujer en la protección y defensa de las razas autóctonas y la mejora de su genética a través de una cuidadosa selección no ha sido valorado.
Las mujeres son las guardianas de la diversidad ganadera, asegura la autora del estudio, Ilse Köhler-Rollefson.
Mientras, según los datos más recientes, alrededor del 22 por ciento de las razas ganaderas del mundo se encuentran aún clasificadas como en peligro de extinción, aunque a menudo no se informa de las cifras de población de las diversas razas o los datos no están actualizados, por lo que resulta difícil de evaluar el verdadero estado de la diversidad ganadera.
Los países están empezando a poner en marcha programas para revertir la alarmante disminución en el número de razas ganaderas autóctonas. El nuevo estudio sugiere que estas iniciativas no tendrán éxito si no tienen en cuenta el papel de las mujeres como criadoras de ganado autóctono. Las mujeres tienen que ser protagonistas en estas campañas de conservación, según el estudio, y para garantizar que lo sean, es necesario hacer un labor previa más intensa.
El informe recomienda que las cuestiones de género sean un aspecto básico en los proyectos, programas y políticas centrados en la gestión de los recursos zoogenéticos.
Las siguientes acciones, entre otras deben tomarse a nivel del proyecto:
  • Obtener datos desglosados por género y por edad e investigar los derechos, necesidades, roles y responsabilidades de las mujeres durante el estudio y antes de emprender cualquier proyecto relacionado con los recursos zoogenéticos.
  • Diseñar las labores de extensión, formación e introducción de nuevas tecnologías para que sean accesibles a las mujeres.
  • Investigar las estructuras familiares y cómo afectan a la capacidad de las mujeres para actuar e interactuar.
  • Investigar los problemas específicos que tienen las mujeres para acceder a los mercados para sus productos de origen animal.
Si los gobiernos quieren realmente que sus programas de conservación sean fructíferos, pueden:
  • Realizar estudios económicos sobre la cría de razas adaptadas a nivel local frente a las razas mejoradas.
  • Asegurarse que los pastores pobres tienen suficiente acceso a bienes comunes, como tierras de pastoreo.
  • Informar a los bancos sobre la importancia de proporcionar crédito a las mujeres rurales y sobre los beneficios de las razas autóctonas. Los bancos tienden en la actualidad a conceder préstamos a los agricultores hombres y a gente que quiere abastecerse de razas mejoradas.
  • Apoyar el desarrollo de cadenas de valor para los productos de las razas autóctonas como medio para crear oportunidades de ingresos para las mujeres rurales y dinamizar las economías locales.
Los organismos internacionales pueden respaldar los esfuerzos nacionales para empoderar a las mujeres que crían ganado mediante la recopilación y difusión de datos desglosados por sexo y planteando el tema en la agenda mundial en los foros adecuados.