José G. da Silva. |
El Director General, que realiza una visita oficial de dos días a los Países Bajos, se refirió a la necesidad de garantizar la producción de alimentos inocuos y ofrecer a los consumidores mejores alternativas e información sobre sus dietas.
"Necesitamos estrategias integradas de nutrición, elaboradas con las aportaciones de la sociedad en su conjunto: el sector privado, los médicos y las organizaciones de consumidores, entre otros", dijo.
Mientras que 870 millones de personas sufren hambre, hay también más de 500 millones de personas obesas y susceptibles de padecer enfermedades no transmisibles.
Graziano da Silva firmó un acuerdo con la Universidad de Wageningen que supone una colaboración más estrecha en la investigación científica y actividades conjuntas para fomentar y promover la educación, la investigación y la capacidad tecnológica en los países en desarrollo. Aseguró que la FAO esta renovando su relación con la universidad, ya que cree que en la lucha contra el hambre y la desnutrición, asociarse resulta "absolutamente esencial".
Papel de los cultivos tradicionales
El responsable de la FAO explicó que una revisión global de las estrategias de nutrición podría, por ejemplo, replantear el papel de los cultivos tradicionales, que han perdido espacio en las dietas modernas.
"Cada región tiene diversos cultivos que no son productos básicos y que se han utilizado en el pasado como alimentos", dijo. "Un ejemplo es la quinua, de la que se celebra en 2013 su año internacional." La quinua es un "súper alimento" andino de un alto valor nutritivo, similar a los cereales, rico en proteínas y micronutrientes.
La importancia de la agricultura familiar
Graziano da Silva elogió a la universidad por apoyar el desarrollo tanto de la agricultura industrial como de la producción a pequeña escala, añadiendo que su investigación ha supuesto una importante contribución para el conocimiento de la agricultura familiar.
"Creo –dijo- que hay espacio para ambos modelos agrícolas en el mundo de hoy, les necesitamos a ambos”.
Tras señalar que 2014 será el Año Internacional de la Agricultura Familiar, recordó que en la mayoría de los países en desarrollo la agricultura a pequeña escala es el principal productor de los alimentos consumidos a nivel nacional y también la principal fuente de empleo en las zonas rurales.
Igualmente indicó que en las últimas décadas la población rural ha envejecido y en muchos casos se ha vuelto predominantemente femenina. Por ello las mujeres tienen que ser empoderadas y contar con los derechos, políticas, herramientas y recursos necesarios para apoyar el papel que desempeñan en todos los aspectos de la vida rural y la seguridad alimentaria. La gente, especialmente los jóvenes, necesitan también mejores oportunidades económicas que les permita permanecer en las zonas rurales.
Tecnología adaptada a las necesidades locales
Aunque la ciencia y la tecnología deben impulsar el incremento de la productividad y la producción agrícola, Graziano da Silva advirtió a su audiencia que la tecnología no puede ser simplemente exportada de un país a otro y esperar que funcione a la perfección. Debe adaptarse a las condiciones locales.
"La agricultura es muy sensible y específica de un lugar concreto", dijo. "El suelo, el clima, la disponibilidad de agua y muchos otros factores influyen en cómo una tecnología funcionará en otro sitio."
"Tenemos que preguntar a los agricultores qué necesitan, qué quieren, ver qué podría encajar, cómo debe adaptarse y garantizar que todo lo que hacemos termina perteneciendo a los propios agricultores", añadió.
Función de la FAO
Graziano da Silva también habló de los cambios fundamentales que están teniendo lugar en la FAO, a medida que la Organización concentra su trabajo en los problemas más apremiantes del mundo relacionados con la alimentación, la nutrición y el desarrollo agrícola y rural.
"La misión de la FAO –explicó- para ayudar a acabar con el hambre en el mundo es tan válida hoy como lo era en 1945 cuando se creó ... pero los retos hoy en día son diferentes”.
Subrayó que la FAO ha desarrollado nuevos objetivos estratégicos para responder a las nuevas tendencias y desafíos globales. Estos objetivos son: acabar con el hambre y la desnutrición; producir de forma sostenible, reducir la pobreza rural, mejorar los sistemas alimentarios y su equidad, y aumentar la capacidad de resistencia a los choques externos.
Memorando de entendimiento
Graziano da Silva y Aalt Dijkhuizen, Presidente de la Junta Ejecutiva de la Universidad y Centro de Investigación de Wageningen, firmaron un Memorando de Entendimiento sobre colaboración en los próximos cuatro años. El acuerdo cubre, entre otros aspectos, el intercambio de información y el diálogo sobre políticas, la promoción conjunta de la enseñanza, la investigación y la capacidad tecnológica en los países en desarrollo, y el intercambio de personal científico y jóvenes profesionales.
0 Comentarios