El BID supera metas de financiamiento para cambio climático y medio ambiente
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El informe sobre los progresos del Banco Interamericano de Desarrollo en materia de sostenibilidad, se concentra en los problemas de gestión de las aguas
CIUDAD DE PANAMÁ – En 2012 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) comprometió US$3.750 millones para proyectos relacionados con el cambio climático, la energía sostenible y la sostenibilidad ambiental, lo que representa un tercio del total de préstamos aprobados durante el año pasado y sobrepasó el objetivo de 25 por ciento fijado para 2015, según el Informe sobre Sostenibilidad de 2012, divulgado hoy.
La publicación —un informe pormenorizado sobre los esfuerzos hechos por el BID para impulsar el desarrollo de América Latina y el Caribe de una manera que maximice los efectos positivos para el medio ambiente y reduzca los riesgos— se dio a conocer antes del comienzo de la Reunión Anual del Banco, que se llevará a cabo en Panamá, desde el 14 al 17 de marzo. El BID es la principal fuente de financiamiento multilateral para América Latina y el Caribe.
El año pasado, el BID aprobó 169 proyectos por un total de US$11.400 millones, de los cuales 45 proyectos por un total de US$3.750 millones fueron clasificados como iniciativas de respaldo relacionado con el cambio climático, la energía sostenible y el medio ambiente. El objetivo de 25 por ciento del total del financiamiento destinado a esos sectores se estableció en 2010, al aprobarse el aumento del capital del BID.
El Informe sobre Sostenibilidad también comprende una sección dedicada a las contribuciones del BID al mejoramiento de la gestión de las aguas en la región, incluyendo proyectos experimentales en el Ecuador sobre adaptación de depósitos de aguas para su suministro al público y de sistemas de desagüe en Uruguay. Entre otros aspectos, el informe también resume las actividades del Banco relacionadas con respecto a la biodiversidad, la igualdad de géneros y el cambio climático —para las cuales se aprobaron 30 préstamos por un monto de US$2.300 millones.
En el informe se examina el posicionamiento del BID para la consecución de sus propios objetivos en materia de eficacia de las salvaguardias, respecto de la inclusión de salvaguardias ambientales y sociales en todos sus proyectos. Se consideró satisfactoria la aplicación de medidas de mitigación en 80 por ciento de los proyectos del Banco con altos riesgos ambientales y sociales, y apenas 4 por ciento estuvieron por debajo del objetivo que el BID se había fijado para 2015. Mediante el control del desempeño en materia de salvaguardias, el BID puede concentrarse mejor en los proyectos más complejos de su cartera.
Además, el BID ha avanzado considerablemente hacia la consecución de objetivos numéricos concretos, que constituyen un reflejo de los resultados de los proyectos que financia. Por ejemplo, gracias a proyectos del BID hoy 1,6 millón más de personas tiene acceso a sistemas de transporte público con bajo contenido de emisiones de carbono, en relación con un objetivo de 8,5 millones para 2015. Casi 2,4 millones de agricultores tienen acceso a servicios e inversiones para el agro (el objetivo para 2015 es 5 millones) y cinco préstamos para infraestructura incluyeron actividades concretas que contribuyen al mejoramiento de la gestión de conservación de zonas protegidas.
Destaque de la gestión de los recursos hídricos
El informe incluye una sección especial que pone de relieve las complejas relaciones del agua con el bienestar humano, la productividad empresarial, la producción de energía y la producción de alimentos, y la forma en que el cambio climático afecta esas relaciones.
América Latina y el Caribe poseen un 30 por ciento de los recursos hídricos potables del mundo, pero muchos países experimentan dificultades para hacer mejor uso de esos recursos. Algunos vínculos entre el agua y el desarrollo son obvios, como los efectos de la falta de agua potable y saneamiento en las tasas de salud y pobreza, pero otros son menos evidentes. Por ejemplo, los bosques amazónicos generan agua pluvial para los centros de producción agrícola de América Latina.
El informe incluye documentos técnicos en los que se examinan los recursos hídricos desde estas cuatro perspectivas diferentes:
“La gestión de los recursos hídricos se cierne como un problema crucial para el mundo”, dijo Levy. “Las decisiones tomadas independientemente en los sectores del agua, la energía y la agricultura, pueden tener consecuencias de largo alcance para otros sectores y para los servicios de los ecosistemas”.
El informe sobre los progresos del Banco Interamericano de Desarrollo en materia de sostenibilidad, se concentra en los problemas de gestión de las aguas
CIUDAD DE PANAMÁ – En 2012 el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) comprometió US$3.750 millones para proyectos relacionados con el cambio climático, la energía sostenible y la sostenibilidad ambiental, lo que representa un tercio del total de préstamos aprobados durante el año pasado y sobrepasó el objetivo de 25 por ciento fijado para 2015, según el Informe sobre Sostenibilidad de 2012, divulgado hoy.
La publicación —un informe pormenorizado sobre los esfuerzos hechos por el BID para impulsar el desarrollo de América Latina y el Caribe de una manera que maximice los efectos positivos para el medio ambiente y reduzca los riesgos— se dio a conocer antes del comienzo de la Reunión Anual del Banco, que se llevará a cabo en Panamá, desde el 14 al 17 de marzo. El BID es la principal fuente de financiamiento multilateral para América Latina y el Caribe.
El año pasado, el BID aprobó 169 proyectos por un total de US$11.400 millones, de los cuales 45 proyectos por un total de US$3.750 millones fueron clasificados como iniciativas de respaldo relacionado con el cambio climático, la energía sostenible y el medio ambiente. El objetivo de 25 por ciento del total del financiamiento destinado a esos sectores se estableció en 2010, al aprobarse el aumento del capital del BID.
El Informe sobre Sostenibilidad también comprende una sección dedicada a las contribuciones del BID al mejoramiento de la gestión de las aguas en la región, incluyendo proyectos experimentales en el Ecuador sobre adaptación de depósitos de aguas para su suministro al público y de sistemas de desagüe en Uruguay. Entre otros aspectos, el informe también resume las actividades del Banco relacionadas con respecto a la biodiversidad, la igualdad de géneros y el cambio climático —para las cuales se aprobaron 30 préstamos por un monto de US$2.300 millones.
En el informe se examina el posicionamiento del BID para la consecución de sus propios objetivos en materia de eficacia de las salvaguardias, respecto de la inclusión de salvaguardias ambientales y sociales en todos sus proyectos. Se consideró satisfactoria la aplicación de medidas de mitigación en 80 por ciento de los proyectos del Banco con altos riesgos ambientales y sociales, y apenas 4 por ciento estuvieron por debajo del objetivo que el BID se había fijado para 2015. Mediante el control del desempeño en materia de salvaguardias, el BID puede concentrarse mejor en los proyectos más complejos de su cartera.
Además, el BID ha avanzado considerablemente hacia la consecución de objetivos numéricos concretos, que constituyen un reflejo de los resultados de los proyectos que financia. Por ejemplo, gracias a proyectos del BID hoy 1,6 millón más de personas tiene acceso a sistemas de transporte público con bajo contenido de emisiones de carbono, en relación con un objetivo de 8,5 millones para 2015. Casi 2,4 millones de agricultores tienen acceso a servicios e inversiones para el agro (el objetivo para 2015 es 5 millones) y cinco préstamos para infraestructura incluyeron actividades concretas que contribuyen al mejoramiento de la gestión de conservación de zonas protegidas.
Destaque de la gestión de los recursos hídricos
El informe incluye una sección especial que pone de relieve las complejas relaciones del agua con el bienestar humano, la productividad empresarial, la producción de energía y la producción de alimentos, y la forma en que el cambio climático afecta esas relaciones.
América Latina y el Caribe poseen un 30 por ciento de los recursos hídricos potables del mundo, pero muchos países experimentan dificultades para hacer mejor uso de esos recursos. Algunos vínculos entre el agua y el desarrollo son obvios, como los efectos de la falta de agua potable y saneamiento en las tasas de salud y pobreza, pero otros son menos evidentes. Por ejemplo, los bosques amazónicos generan agua pluvial para los centros de producción agrícola de América Latina.
El informe incluye documentos técnicos en los que se examinan los recursos hídricos desde estas cuatro perspectivas diferentes:
- La gestión de los recursos hídricos en el Caribe
- Los efectos del cambio climático sobre las aguas en los Andes tropicales
- La relación entre el desarrollo hidroeléctrico y las vías fluviales de América Central
- El efecto de la minería aurífera en las vías fluviales, con énfasis especial en el norte de América del Sur.
“La gestión de los recursos hídricos se cierne como un problema crucial para el mundo”, dijo Levy. “Las decisiones tomadas independientemente en los sectores del agua, la energía y la agricultura, pueden tener consecuencias de largo alcance para otros sectores y para los servicios de los ecosistemas”.
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