Plataforma petrolera.
Verónica Muriel - El precio del gas de exportación a Brasil podría registrar una caída a partir del año 2019, pues la tendencia a nivel mundial es a la baja de precios por la abundancia de este hidrocarburo, según el analista energético Mauricio Medinaceli.

“Como boliviano espero que no caiga el precio de exportación al Brasil, pero tenemos que estar preparados si es que cae este precio el año 2019 ó 2020”, dijo categórico en el marco de la segunda versión de las Jornadas Técnicas de Gas, Petróleo & Medio Ambiente, organizada por la Universidad de Aquino Bolivia (Udabol).

La causa de la caída del precio del energético, se deberá a que “en el mundo hay mucho gas, lo cual se da gracias a dos adelantos tecnológicos: el shale gas y los proyectos de LNG”.

“Naturalmente si eso sucede van a caer nuestros ingresos, entonces para compensar esta caída probablemente haya que vender mayores volúmenes de gas al Brasil pero a un menor precio”, planteó.

En este sentido, el experto se refirió a la migración actual de petróleo a gas natural. “Es un momento fantástico desde un punto de vista energético porque estamos viendo la reconversión de una matriz energética; el ser humano va a seguir consumiendo petróleo pero va a migrar poco a poco al gas natural”, indicó.

Nuevo centro energético
Por otra parte, la producción de shale gas en América cambiará el mapa geopolítico mundial, sostuvo el experto. “Lo que está pasando es que el centro energético mundial en los próximos 50 años va a pasar de Medio Oriente a América, porque Canadá, Estados Unidos, México, Brasil y Argentina tienen importantes prospectos de shale gas”, señaló.

Estados Unidos, por un lado, tienen el equivalente a dos Arabias Sauditas de gas natural bajo tierra, por lo que su producción del energético sube, mientras la importación tanto del gas como del LNG cae.

Agencias internacionales trascienden que Estados Unidos ha pasado de ser importador a tener la perspectiva de autoabastecerse con el gas que produce: en tan solo un año (entre 2007 y 2008) sus reservas crecieron un 50% gracias al gas no convencional y que representa ya el 25% del total de su producción de gas natural.

El analista recordó, en segunda instancia, que según el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE, por sus siglas en inglés), Argentina posee la tercera reserva más grande de shale gas en el mundo. Por lo tanto, el que el país vecino siga comprando gas natural boliviano dependerá de las inversiones que se realicen para el desarrollo de sus campos de gas no convencional.

“La empresa china Sinopec y la compañía americana Exxon están en Argentina, entonces no nos debería extrañar que los chinos se lleven parte de ese gas a la China que es donde necesitan energía”, expresó.

Además, gracias al desarrollo de la tecnología que permite transportar el gas a grandes distancias, actualmente existen más actores involucrados en la compra de gas natural.

Es el caso de los destinos del gas natural boliviano, pues “tanto Argentina como Brasil nos compran gas natural para vender LNG”, agregó.

Brasil, un mercado vital
A decir de Medinaceli, la exportación de gas al Brasil, que se inicia el año 1974 a raíz de un acuerdo preliminar de integración con el país carioca, es uno de los proyectos nacionales más exitosos de los últimos 50 años, pues es el mayor generador de divisas para el Estado.

“Si hay un boom de exportación del gas natural es gracias a este proyecto”, argumentó al momento de indicar que se “está cosechando lo que se sembró”.

Asimismo, cuestionó sobre cuál será el segundo Brasil que active el crecimiento económico del país y planteó como desafíos principales para el país la consolidación de este mercado, además de la optimización de las ventas de gas a la Argentina y la apertura de otros mercados.

Adicionalmente, indicó que los ingresos percibidos por concepto de la exportación de gas se dirige a tres sectores: construcción, servicios formales y transporte, constituidos por una clase media alta hacia arriba y no así al grueso de la población.

Explicó que el sector hidrocarburífero es el que más aporta al Producto Interno Bruto, pero al mismo tiempo es el que incentiva la desigualdad y la pobreza. Como ejemplo citó las obras públicas en los municipios con el IDH que perciben, lo cual genera mayores ingresos para los constructores que les permiten adquirir mayor cantidad de productos de la canasta familiar, pero al ser elevada la demanda de los mismos aumentan también los precios de los mismos.

Hacia una política flexible
En la actualidad Bolivia tiene que importar líquidos y esto se debe, en parte, a la concentración de la política energética boliviana en Tarija, donde se explotan las reservas descubiertas, dejando de lado el “interesante” potencial que existe en los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

De esta manera, remarcó que el objetivo central de la política energética tiene que ser el autoabastecimiento, por lo que ésta política debe ser flexibilizada. “Cada país tiene que producir la energía que necesita para su consumo interno; la ecuación es muy sencilla: energía es igual a crecimiento”, subrayó.

Desafíos
Fortalecimiento. Consolidar el mercado de gas natural a Brasil.
Comercialización. Optimizar las ventas de gas natural a la República Argentina.
Diversificación. Abrir otros mercados de gas natural.
Tarea. Mejorar la gestión de YPFB Corporación. “Tenemos YPFB para los próximos 15 años, la sociedad civil no va a aguantar la privatización de la empresa estatal, por tanto el desempeño del sector petrolero boliviano depende, en gran parte, de que le vaya bien” (Mauricio Medinaceli).
Líquidos. Incrementar la producción de líquidos.
Indicadores. Mejorar los indicadores de inversión pública y privada.
Reglas. Ordenar las reglas del juego. “La Constitución Política del Estado dice A, la Ley de Hidrocarburos dice B y los decretos reglamentarios dicen C. Es decir, no hay un criterio armónico, pues la consulta previa, el tratado al medio ambiente, las reglas, todo está en desorden. Por lo tanto, se necesita una Ley de Hidrocarburos que unifique todos estos criterios y finalmente armonice los reglamentos con la Constitución Política del Estado” (Medinaceli).