Una gestión adecuada y responsable del agua en la agricultura puede generar más posibilidades de empleo en América Latina y el Caribe

En el Día Mundial del Agua, el IICA reitera la importancia de la gestión integral de este recurso y explica los efectos multiplicadores de su buen manejo en las economías territoriales.


San José, 22 de marzo, 2016 (IICA). De acuerdo con el documento Agua, alimento para la Tierraelaborado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en 2014, el continente americano alberga el 46 % de los recursos hídricos mundiales, lo que supone un enorme desafío frente a la necesidad de protegerlos, dada su importancia para el aumento de la productividad y sustentabilidad agrícola, la lucha contra la pobreza y el hambre y la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones urbanas y rurales.

Alrededor de las fincas en relación sistémica con los territorios o microcuencas, este reto es una responsabilidad compartida por productores, pobladores, investigadores, extensionistas y otros diversos prestadores de servicios públicos y privados, de modo que, el manejo adecuado y responsable del agua en la agricultura emplea a muchas personas, al tiempo que genera ingresos derivados del aumento de la eficiencia y la productividad.


Así lo asegura el especialista en agronegocios del IICA, Luis Morán, quien también coordina el proyecto Gestión Integral del Agua en la Agricultura Familiar (GIAAF), ejecutado por el Instituto y un consorcio de más de 20 entidades socias y colaboradoras de Perú, Nicaragua, Costa Rica y España.

“El uso del riego tecnificado en frutas y hortalizas, por ejemplo, incide en la demanda por mano de obra calificada, lo que implica mayores posibilidades de empleo, sin considerar el surgimiento de negocios para ofrecer insumos, equipos, servicios de mantenimiento, entre otros, en los cuales se emplean jóvenes, que aumentan sus posibilidades de ingresos”, explicó Morán, remitiéndose a otra de las publicaciones recientes del IICA: Innovación y gestión del agua para el desarrollo sostenible en la agricultura.

“La tecnología de riego no es solo la moderna, por goteo, sino que existe una larga data de conocimientos ancestrales y opciones tecnológicas que además permiten la captura y almacenamiento de agua de lluvia, el desarrollo de nuevas variedades tolerantes a sequía o exceso de agua, la protección de los suelos y reducen el impacto de la inestabilidad climática, todo lo cual requiere el talento, la organización y el trabajo humano”, aseguró Morán.  

En torno a estos temas, el proyecto GIAAF, puesto en marcha por el IICA en 2014, busca facilitar a líderes, técnicos y profesionales vinculados a organizaciones de productores, regantes y entidades promotoras, acceso a conocimiento y oportunidades formativas para contribuir a una mayor adopción y difusión de buenas prácticas e innovaciones que optimicen la gestión del agua en la agricultura familiar en el contexto del cambio climático.

En 2015, la iniciativa capacitó a más de 100 personas de 40 instituciones mediante cursos en Costa Rica, Nicaragua, Perú y España. Este año se continuará con nuevas acciones de desarrollo de capacidades, la difusión del Inventario de Tecnologías en Manejo de Agua para la Agricultura Familiar, la socialización de herramientas para el diseño de acciones de capacitación y el lanzamiento de una plataforma virtual para acceder a estos y otros recursos de conocimiento.

Otra de las iniciativas del IICA orientadas a la promoción del uso sostenible del recurso hídrico es el proyecto insignia Resiliencia y Gestión Integral de Riesgos en la Agricultura que, en sinergia con GIAAF, busca fortalecer la institucionalidad y las capacidades de los sectores público y privado para implementar acciones favorables al manejo sostenible del suelo y el incremento de la eficiencia del uso del agua para la producción agropecuaria.

“Durante la primera fase de implementación del proyecto hemos contribuido a aumentar conocimientos en el tema, reforzar las capacidades para implementar buenas prácticas y fortalecer la institucionalidad de un total de 18 países para diseñar políticas y estrategias orientadas al manejo sostenible del suelo y el uso eficiente del agua para una agricultura resiliente frente al cambio climático”, aseguró la coordinadora del componente de agua y suelo del proyecto insignia, Karen Montiel.

Estos esfuerzos son muestras del seguimiento al mandato encargado por los Ministros de Agricultura de las Américas, quienes en el año 2013 instaron al IICA a promover la gestión integral de los recursos hídricos, con énfasis en la mejora del uso del agua en la agricultura.