La reunión intergubernamental se celebrará hasta el viernes 30 de junio en Asunción, Paraguay.
Una conferencia que intenta llamar la atención hacia la situación de las personas mayores en Latinoamérica y el caribe se ha iniciado en Asunción, capital de Paraguay y durará hasta el 30 de este mes.
Realizada por la comisión económica para América Latina ,CEPAL y el gobierno de Paraguay,la importancia de este evento es porque América Latina y el Caribe tendrán mayoritariamente una población envejecida en los próximos años y se necesita definir por parte de los gobiernos políticas públicas que traten sobre el problema de los adultos mayores de la región y se promuevan actividades para rodearlos de dignidad e integridad tal y como empresa un documento emitido por la CEPAL.
La nota sobre la conferencia y que puso a circular la CEPAL,es la que exponemos:
América Latina y el Caribe se aproxima a paso firme a ser una región envejecida, por lo que los países deben impulsar políticas públicas que visibilicen y empoderen a las personas mayores, promuevan su protagonismo y las valoren en su dignidad e integridad, expresaron hoy autoridades presentes en la inauguración de la cuarta Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento y Derechos de las Personas Mayores en América Latina y el Caribe, que se celebra hasta el viernes 30 en Asunción, Paraguay.
La reunión, organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Gobierno de Paraguay, fue inaugurada por el Ministro de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay, Antonio Barrios; el Secretario Ejecutivo Adjunto del organismo regional de las Naciones Unidas, Antonio Prado, y la Viceministra de Salud Pública del Paraguay, María Teresa Barán.
Durante su intervención, el Ministro Barrios destacó la importancia del respeto por los derechos humanos de las personas mayores y confirmó el compromiso del Gobierno de Paraguay de seguir trabajando para atender los desafíos que traerá consigo el incremento de la población envejecida.
El Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL, recordó que el envejecimiento de la población es una tendencia mundial que está influyendo en la economía, la planificación del desarrollo, las políticas sociales, las familias, las comunidades, las grandes ciudades y también en las localidades indígenas. Es, desde el punto de vista de sus implicaciones económicas y sociales, quizás la transformación más importante de esta época, añadió.
Por su parte, la Viceministra Barán llamó a trabajar con los adultos mayores y proyectar un envejecimiento digno.
La conferencia intergubernamental se realiza en el marco del tercer ciclo de examen y evaluación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento y tiene por objetivo principal examinar los logros en el cumplimiento de los compromisos asumidos por los países miembros de la CEPAL en la Carta de San José sobre los Derechos de las Personas Mayores de América Latina y el Caribe, adoptada durante la tercera Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento que se realizó en mayo de 2012 en Costa Rica.
Permitirá también identificar las acciones clave para ampliar la protección de los derechos de las personas mayores en los próximos cinco años, incluyendo aquellas que faciliten la implementación de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
Durante la Conferencia, la CEPAL presentará el documento de posición Derechos de las personas mayores. Retos para la interdependencia y autonomía. El informe presenta un examen pormenorizado y elaborado de la discriminación y brechas de implementación de derechos en la vejez, que deben y pueden ser enfrentados con políticas y programas públicos.
De acuerdo al documento, eje central de los debates que se llevarán a cabo en la conferencia, el envejecimiento demográfico en América Latina y el Caribe será mucho más rápido que el registrado por los países actualmente desarrollados y las condiciones socioeconómicas estructurales de la región para enfrentarlo serán más limitadas no solo por los menores recursos sino también por la desigualdad con que estos se distribuyen.
Las proyecciones muestran que para el año 2060 el envejecimiento estará presente en todos los países de la región y 27 de los 33 países de América Latina y el Caribe presentarán una proporción más elevada de personas mayores que de niños menores de 15 años.
Según estimaciones de las Naciones Unidas, en 2017 hay en América Latina y el Caribe 76,3 millones de personas mayores, que representan el 11,8% de la población regional. En 2030 esta población ascenderá a 121 millones y, de ese modo, representará al 17% de la población total de la región. En 2060, en tanto, las personas mayores conformarán el 30% de la población regional y serán alrededor de 234 millones.
El informe observa un predominio femenino entre las personas mayores que se mantendrá en el mediano plazo: actualmente hay 122,7 mujeres mayores por 100 hombres.
Esta preeminencia se debe a la mayor sobrevivencia de las mujeres en edades más avanzadas, pero no es sinónimo de bienestar y oculta importantes desigualdades y desventajas, como la persistencia en las brechas de género en la percepción de los ingresos durante la vejez.
Persiste además la preocupación por el bajo acceso y el bajo monto de las jubilaciones o pensiones, que no permiten cubrir las necesidades más importantes de las personas mayores que, en muchos casos, son quienes aportan el ingreso principal del hogar.
Entre los problemas más frecuentes que afectan a las personas mayores están la falta de prestaciones para el cuidado de largo plazo de las personas mayores; la falta de toma de conciencia sobre su realidad y derechos; la salud, las pensiones, la discriminación y el maltrato.
El informe aborda también asuntos emergentes como el acceso al crédito, los cuidados paliativos al final de la vida y la muerte digna.
El documento llama a los países a la implementación de los instrumentos de derechos humanos existentes para revertir las tendencias y fortalecer las instituciones con la finalidad de que asuman responsabilidades crecientes y diversas. Junto con ello señala que es imprescindible abrir los espacios para ampliar la participación de las personas mayores en las cuestiones que les afectan.
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