La producción y uso eficiente de carbón vegetal pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
21 de marzo de 2017, Roma – Lograr un sector de la dendroenergía (la utilización de la madera como fuente de energía, ndr) más ecológico tiene un gran potencial para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero y mejorar los medios de subsistencia rurales, aseguró hoy la FAO con ocasión del Día Internacional de los Bosques de las Naciones Unidas.
Hasta el 7 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de origen humano proceden de la producción y el uso de leña y carbón vegetal. Esto se debe en gran parte a una gestión forestal insostenible y a la ineficiente fabricación del carbón vegetal y la combustión de la leña, según un nuevo informe de la FAO publicado hoy.
Haciendo referencia al tema del Día Internacional de los Bosques de este año, “Bosques y energía”, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, señaló que “para más de 2 000 millones de personas en el mundo, los combustibles obtenidos de la madera significan una comida cocinada, agua hervida para beber y lavarse con seguridad, y una vivienda cálida”.
"Esto es especialmente importante para los pobres de las zonas rurales en los países en desarrollo, donde la madera es a menudo la única fuente de energía disponible", señaló en la ceremonia del Día Internacional de los Bosques en Roma.
Sin embargo, advirtió que gran parte de la producción actual de combustible de madera es insostenible, lo que contribuye de forma notable a la degradación de los bosques y los suelos, y a la emisión a la atmósfera de los gases de efecto invernadero. "En muchas regiones, la producción de carbón vegetal se hace a menudo utilizando métodos rudimentarios y contaminantes", recordó, instando a los países a revertir estas tendencias negativas en la producción y uso de dendroenergía.
"Necesitamos, por ejemplo, adoptar tecnologías mejoradas para la conversión energética", dijo Graziano da Silva, añadiendo que la FAO está participando en diversos programas para producir hornillos eficientes de bajo consumo, especialmente para las personas pobres en América Latina y África. Citó como muestra un proyecto en Sudán del Sur, donde la FAO y sus asociados han distribuido ya más de 30 000 hornillos mejorados.
Hasta el 7 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de origen humano proceden de la producción y el uso de leña y carbón vegetal. Esto se debe en gran parte a una gestión forestal insostenible y a la ineficiente fabricación del carbón vegetal y la combustión de la leña, según un nuevo informe de la FAO publicado hoy.
Haciendo referencia al tema del Día Internacional de los Bosques de este año, “Bosques y energía”, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, señaló que “para más de 2 000 millones de personas en el mundo, los combustibles obtenidos de la madera significan una comida cocinada, agua hervida para beber y lavarse con seguridad, y una vivienda cálida”.
"Esto es especialmente importante para los pobres de las zonas rurales en los países en desarrollo, donde la madera es a menudo la única fuente de energía disponible", señaló en la ceremonia del Día Internacional de los Bosques en Roma.
Sin embargo, advirtió que gran parte de la producción actual de combustible de madera es insostenible, lo que contribuye de forma notable a la degradación de los bosques y los suelos, y a la emisión a la atmósfera de los gases de efecto invernadero. "En muchas regiones, la producción de carbón vegetal se hace a menudo utilizando métodos rudimentarios y contaminantes", recordó, instando a los países a revertir estas tendencias negativas en la producción y uso de dendroenergía.
"Necesitamos, por ejemplo, adoptar tecnologías mejoradas para la conversión energética", dijo Graziano da Silva, añadiendo que la FAO está participando en diversos programas para producir hornillos eficientes de bajo consumo, especialmente para las personas pobres en América Latina y África. Citó como muestra un proyecto en Sudán del Sur, donde la FAO y sus asociados han distribuido ya más de 30 000 hornillos mejorados.
Concluyó asegurando que "garantizar el acceso a una energía accesible, fiable, sostenible y moderna es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible" y que es "fundamental para abordar las consecuencias del cambio climático y eliminar la pobreza extrema y el hambre".
En sus palabras en la inauguración del evento, el Presidente de Fiji, Jioji Konousi Konrote, declaró que "tenemos que prestar atención a ampliar la transferencia de tecnologías de energías renovables, en particular para la biomasa forestal, a fin de garantizar que los países en desarrollo usan estas tecnologías y pueden atender la crecientes demanda de energía de manera sostenible. Sólo entonces los países en desarrollo podrían reducir el uso de combustibles fósiles y contribuir a un medio ambiente más limpio, reduciendo sus niveles de emisiones de carbono".
"Es vital que todos –añadió- desde el sector público y privado, el mundo académico, ingenieros, investigadores, responsables de las políticas, planificadores e instituciones de financiación, coordinen sus esfuerzos y trabajen juntos para aumentar la contribución de los bosques al conjunto de los suministros mundiales de energía renovable”.
El gobierno de Fiji está a punto de asumir la presidencia de la próxima Conferencia de las Partes del Acuerdo Climático de la ONU que tendrá lugar en Bonn, Alemania, en noviembre.
La producción insostenible de carbón vegetal: una de las causas del cambio climático
Más de 2 400 millones de personas -alrededor de un tercio de la población mundial - dependen todavía del uso tradicional de leña para cocinar, y muchas pequeñas empresas utilizan la leña y el carbón vegetal como fuentes principales de energía para diversos fines, como hornear, procesar té y la fabricación de ladrillos. De toda la madera utilizada como combustible en el mundo, cerca del 17 por ciento se convierte en carbón vegetal, según el informe.
Cuando se produce carbón vegetal utilizando tecnologías ineficientes y recursos insostenibles, la emisión de gases de efecto invernadero puede alcanzar los 9 kg de equivalente de dióxido de carbono por 1 kg de carbón producido.
El informe destaca que en ausencia de alternativas realistas y renovables al carbón vegetal en un futuro próximo, en particular en África subsahariana, el Sudeste asiático y América del Sur, es esencial hacer más ecológica la cadena de valor del carbón y aplicar prácticas sostenibles de gestión forestal para mitigar el cambio climático, al tiempo que se garantiza el acceso de los hogares a las energías renovables.
Una cadena de valor del carbón vegetal más ecológica
Cambiar la forma en que se obtiene la madera y se produce el carbón vegetal ofrece un elevado potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Un cambio de estufas u hornos tradicionales a hornos modernos y eficientes podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80 por ciento. En el nivel de uso final, la transición de las cocinas tradicionales a otras mejoradas de última generación podría reducir las emisiones en alrededor del 60 por ciento.
Se puede lograr aún más eficiencia energética reduciendo los residuos de carbón vegetal, por ejemplo, transformando el polvo de carbón en briquetas.
El estudio sostiene que si bien la transición de un abastecimiento insostenible a uno sostenible puede significar mayores costes para la cadena de valor del carbón vegetal, un sector del carbón vegetal más respetuoso con el medio ambiente tendría un impacto económico general positivo.
Un análisis de costes y beneficios en Kenya, por ejemplo, estimó que una transición hacia una producción eficiente de carbón vegetal requeriría una inversión de 15,6 millones de dólares EEUU anuales, excluyendo los costes iniciales. Pero generaría 20,7 millones de dólares en beneficios.
Además, la demanda de una producción sostenible de carbón vegetal puede ofrecer oportunidades de forestación y reforestación. Y proporcionar a la población local una mayor seguridad de tenencia puede aumentar su disposición y capacidad para invertir en enfoques sostenibles.
Crear un entorno propicio para el cambio
El informe pide a los gobiernos nacionales que creen un entorno político propicio y un clima de inversión atractivo para la transición a un sector más ecológico del carbón vegetal.
Además, una mejor aplicación de la legislación y la gobernanza forestal pueden ayudar a aumentar los ingresos del gobierno y las inversiones en el manejo forestal sostenible y tecnologías eficientes de conversión de la madera.
La evidencia demuestra que los países africanos podrían reinvertir entre 1 500 y 3 900 millones de dólares EEUU en lograr una cadena de valor del carbón vegetal más ecológica a partir de los ingresos anuales que actualmente pierden debido a que el sector es en gran medida informal y el mercado está regulado en forma inadecuada.
En sus palabras en la inauguración del evento, el Presidente de Fiji, Jioji Konousi Konrote, declaró que "tenemos que prestar atención a ampliar la transferencia de tecnologías de energías renovables, en particular para la biomasa forestal, a fin de garantizar que los países en desarrollo usan estas tecnologías y pueden atender la crecientes demanda de energía de manera sostenible. Sólo entonces los países en desarrollo podrían reducir el uso de combustibles fósiles y contribuir a un medio ambiente más limpio, reduciendo sus niveles de emisiones de carbono".
"Es vital que todos –añadió- desde el sector público y privado, el mundo académico, ingenieros, investigadores, responsables de las políticas, planificadores e instituciones de financiación, coordinen sus esfuerzos y trabajen juntos para aumentar la contribución de los bosques al conjunto de los suministros mundiales de energía renovable”.
El gobierno de Fiji está a punto de asumir la presidencia de la próxima Conferencia de las Partes del Acuerdo Climático de la ONU que tendrá lugar en Bonn, Alemania, en noviembre.
La producción insostenible de carbón vegetal: una de las causas del cambio climático
Más de 2 400 millones de personas -alrededor de un tercio de la población mundial - dependen todavía del uso tradicional de leña para cocinar, y muchas pequeñas empresas utilizan la leña y el carbón vegetal como fuentes principales de energía para diversos fines, como hornear, procesar té y la fabricación de ladrillos. De toda la madera utilizada como combustible en el mundo, cerca del 17 por ciento se convierte en carbón vegetal, según el informe.
Cuando se produce carbón vegetal utilizando tecnologías ineficientes y recursos insostenibles, la emisión de gases de efecto invernadero puede alcanzar los 9 kg de equivalente de dióxido de carbono por 1 kg de carbón producido.
El informe destaca que en ausencia de alternativas realistas y renovables al carbón vegetal en un futuro próximo, en particular en África subsahariana, el Sudeste asiático y América del Sur, es esencial hacer más ecológica la cadena de valor del carbón y aplicar prácticas sostenibles de gestión forestal para mitigar el cambio climático, al tiempo que se garantiza el acceso de los hogares a las energías renovables.
Una cadena de valor del carbón vegetal más ecológica
Cambiar la forma en que se obtiene la madera y se produce el carbón vegetal ofrece un elevado potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Un cambio de estufas u hornos tradicionales a hornos modernos y eficientes podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80 por ciento. En el nivel de uso final, la transición de las cocinas tradicionales a otras mejoradas de última generación podría reducir las emisiones en alrededor del 60 por ciento.
Se puede lograr aún más eficiencia energética reduciendo los residuos de carbón vegetal, por ejemplo, transformando el polvo de carbón en briquetas.
El estudio sostiene que si bien la transición de un abastecimiento insostenible a uno sostenible puede significar mayores costes para la cadena de valor del carbón vegetal, un sector del carbón vegetal más respetuoso con el medio ambiente tendría un impacto económico general positivo.
Un análisis de costes y beneficios en Kenya, por ejemplo, estimó que una transición hacia una producción eficiente de carbón vegetal requeriría una inversión de 15,6 millones de dólares EEUU anuales, excluyendo los costes iniciales. Pero generaría 20,7 millones de dólares en beneficios.
Además, la demanda de una producción sostenible de carbón vegetal puede ofrecer oportunidades de forestación y reforestación. Y proporcionar a la población local una mayor seguridad de tenencia puede aumentar su disposición y capacidad para invertir en enfoques sostenibles.
Crear un entorno propicio para el cambio
El informe pide a los gobiernos nacionales que creen un entorno político propicio y un clima de inversión atractivo para la transición a un sector más ecológico del carbón vegetal.
Además, una mejor aplicación de la legislación y la gobernanza forestal pueden ayudar a aumentar los ingresos del gobierno y las inversiones en el manejo forestal sostenible y tecnologías eficientes de conversión de la madera.
La evidencia demuestra que los países africanos podrían reinvertir entre 1 500 y 3 900 millones de dólares EEUU en lograr una cadena de valor del carbón vegetal más ecológica a partir de los ingresos anuales que actualmente pierden debido a que el sector es en gran medida informal y el mercado está regulado en forma inadecuada.
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