Una nueva guía jurídica apoya mecanismos para la agricultura por contrato más equitativos
28 de julio de 2015, Roma - La agricultura por contrato -una práctica cada vez más extendida, en la que los agricultores producen bienes para determinados compradores en cantidades y precios previamente acordados- cuenta con una nueva herramienta para orientar a ambas partes a establecer contratos sólidos y procedimientos de resolución de conflictos.
La Guía Jurídica UNIDROIT/FAO/FIDA sobre la Agricultura por Contrato, publicada hoy, atiende a la necesidad de un instrumento jurídico integral para orientar esta práctica ya longeva, respondiendo a las exigencias de una amplia gama de usuarios.
En principio, la agricultura por contrato puede mejorar el acceso de los campesinos a los mercados e impulsar sus ingresos, al tiempo que garantiza que las empresas agroalimentarias tengan un suministro estable de productos que cumplan con sus normas de calidad.
Pero al igual que sucede en cualquier relación contractual, hay riesgos potenciales, y los agricultores pueden a veces salir perdiendo. Por ejemplo, una empresa puede no pagar el precio convenido por el producto entregado, alegando que su calidad era deficiente, a la vez que el contrato no incluye ningún mecanismo de resolución de litigios.
Para que todas las partes se beneficien de manera equitativa, se necesitan contratos claros y transparentes, sustentados por un marco jurídico adecuado.
La guía es el resultado de un proceso de varios años liderado por el Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT) en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que han reunido aportaciones de juristas, expertos agrícolas, productores y comerciantes sobre la manera de garantizar modelos de agricultura por contrato sostenibles.
La agricultura por contrato hoy
Hoy en día, millones de agricultores en todo el mundo producen bajo alguna forma de contrato y numerosas industrias en muchos países productores han adoptado este sistema como su principal modo de producción.
Los cambios en los sistemas agroalimentarios mundiales y en las preferencias de los consumidores han sido un factor clave en esta tendencia. Con el aumento de la demanda de alimentos tanto en los países desarrollados como en desarrollo, las empresas de procesamiento y operadores comerciales necesitan un volumen constante y elevado de suministros, que no siempre son capaces de obtener comprando en los mercados abiertos de materias primas.
Al mismo tiempo, las normas comerciales y de consumo más exigentes con respecto a la frescura, calidad, origen y apariencia están llevando a los contratistas a buscar un mayor control sobre el proceso de producción para asegurarse una calidad constante, incluyendo pedir en los contratos que los agricultores utilicen nuevas tecnologías a las que igual no son capaces de acceder por su cuenta.
En el mejor de los casos, la agricultura por contrato ayuda a los contratistas a tener más peso en la producción, control de calidad y fijación de precios, mientras que los agricultores se benefician de tener unos ingresos garantizados y acceso al mercado. También pueden adquirir nuevos activos productivos: en virtud de algunos tipos de contrato, los compradores se comprometen a apoyar a los productores, aportándoles insumos y equipos agrícolas, y asesoramiento técnico.
Los contratos firmes son la clave
Cuando no existen contratos sólidos, sin embargo, las empresas compradoras -siempre más poderosas que los agricultores- pueden utilizar su poder de negociación para su beneficio financiero a corto plazo. Los agricultores a menudo tienen recursos jurídicos limitados para resolver disputas.
Los contratistas, por el contrario, se arriesgan a que los agricultores se dediquen a la venta paralela: vendiendo bienes producidos bajo contrato a otro comprador a un precio mayor. Esto les puede llevar a optar por no comprar a los pequeños productores, para evitar este tipo de comportamiento oportunista.
Las 250 páginas de la guía legal publicada hoy pretende abordar estos y otros problemas potenciales, ofreciendo asesoramiento sobre el diseño de contratos firmes, de la negociación a la conclusión, incluyendo cláusulas concretas sobre la distribución de los riesgos, así como recursos por incumplimiento y resolución de conflictos.
También incluye una descripción de las condiciones contractuales más comunes y examina las cuestiones legales y los problemas que pueden surgir en diversas situaciones prácticas, ilustrando cómo pueden ser tratadas bajo diferentes sistemas jurídicos. La guía tiene además una sección sobre formas alternativas de resolución de litigios que no requieren recurrir a los tribunales.
Alcance
Para que la guía se convierta en un instrumento jurídico ampliamente utilizado, es esencial que llegue a los agricultores, contratistas e instituciones que promueven vínculos entre los campesinos y los mercados. La FAO, con el apoyo financiero del FIDA y en colaboración con UNIDROIT, producirá materiales de divulgación en inglés, francés y español con un resumen de la guía para profanos, con el fin de hacerla accesible a una amplia gama de personas.
Los profesionales que trabajan para promover el acceso de los agricultores al mercado recibirán formación para convertirse en formadores, familiarizando a los grupos de productores y contratistas con las mejores prácticas descritas en la guía.
El Centro de Investigación sobre la Agricultura por Contrato de la FAO, se renovará también para establecer cursos de aprendizaje electrónico y una comunidad de profesionales en línea.
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