Una reunión ministerial debate el papel de los mercados de productos básicos
El Director General de la FAO insta a revisar las instituciones de gobernanza de los mercados para dar voz a los pequeños agricultores
6 de octubre 2014, Roma - Los gobiernos deben revisar la forma en que se rigen los mercados internacionales de productos básicos agrícolas, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva al intervenir ante ministros de todo el mundo reunidos para analizar esta cuestión.
Los mercados de productos básicos atrajeron la atención mundial debido a la volatilidad de los precios volátiles de los alimentos en los últimos cinco años. Aunque los precios están actualmente en declive, Graziano da Silva señaló que las cuestiones subyacentes todavía se ocultan en instituciones de los mercados que en gran medida se forjaron en la década de 1970. Desde entonces, profundos cambios, en los frentes de producción y distribución, "han tenido consecuencias de gran alcance no sólo sobre la forma de funcionar los mercados internacionales de productos básicos, sino también para la seguridad alimentaria, los derechos de propiedad y acceso a los recursos productivos, y la posición de los pequeños productores", dijo en el discurso de apertura en la tercera reunión ministerial de la FAO sobre la gobernanza del mercado internacional de productos básicos agrícolas.
La FAO ha promovido la idea de crear "foros de múltiples partes interesadas" inclusivos, en los que participen a todos los actores en un producto básico en particular: el gobierno, los productores y comerciantes del sector privado, los consumidores y las organizaciones no gubernamentales. La FAO alberga también el Sistema de Información de los Mercados Agrícolas (AMIS, por sus siglas en inglés), un servicio de vigilancia de alerta temprana que permite una respuesta coordinada en situaciones de estrés, como las sequías de 2012 en América del Norte y la región del Mar Negro.
"Es necesario un mayor esfuerzo", aseguró el responsable de la FAO.
Los mercados de productos básicos atrajeron la atención mundial debido a la volatilidad de los precios volátiles de los alimentos en los últimos cinco años. Aunque los precios están actualmente en declive, Graziano da Silva señaló que las cuestiones subyacentes todavía se ocultan en instituciones de los mercados que en gran medida se forjaron en la década de 1970. Desde entonces, profundos cambios, en los frentes de producción y distribución, "han tenido consecuencias de gran alcance no sólo sobre la forma de funcionar los mercados internacionales de productos básicos, sino también para la seguridad alimentaria, los derechos de propiedad y acceso a los recursos productivos, y la posición de los pequeños productores", dijo en el discurso de apertura en la tercera reunión ministerial de la FAO sobre la gobernanza del mercado internacional de productos básicos agrícolas.
La FAO ha promovido la idea de crear "foros de múltiples partes interesadas" inclusivos, en los que participen a todos los actores en un producto básico en particular: el gobierno, los productores y comerciantes del sector privado, los consumidores y las organizaciones no gubernamentales. La FAO alberga también el Sistema de Información de los Mercados Agrícolas (AMIS, por sus siglas en inglés), un servicio de vigilancia de alerta temprana que permite una respuesta coordinada en situaciones de estrés, como las sequías de 2012 en América del Norte y la región del Mar Negro.
"Es necesario un mayor esfuerzo", aseguró el responsable de la FAO.
Lassaad Lachaal, Ministro de Agricultura de Túnez y presidente de la reunión ministerial, señaló por su parte que hoy existen "deficiencias" para obtener información fiable y actualizada sobre los niveles y tendencias de los productos básicos y que se necesita un programa institucional más fuerte para promover la coordinación de las políticas .
"Las cuestiones relacionadas con la gobernabilidad están obteniendo cada vez más atención, especialmente a la luz de la Agenda de Desarrollo post-2015”, dijo.
Entre los ministros que asistieron al encuentro se incluyen los de Burkina Faso, República Centroafricana, Georgia, Haití, Líbano, Malawi, Mauritania, Portugal, Sudáfrica, Sudán, Tonga, Ucrania, República Unida de Tanzania y Zambia. Otros países enviaron viceministros o funcionarios de alto rango, entre ellos Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
El Comité de Problemas de Productos Básicos, un comité técnico de la FAO, con más de 100 miembros establecido en 1946 para inspeccionar y revisar los aspectos internacionales de la producción, comercio y distribución de productos básicos, se reunirá a partir del martes 7 hasta el jueves 9 de octubre.
Nuevas prioridades
Uno de las cuestiones que se ha pedido a los ministros que discutan es cómo los productos básicos deben relacionarse con los objetivos internacionales de desarrollo más amplios de la Agenda de Desarrollo post-2015.
La producción y exportación de productos básicos supone una quinta parte de la actividad económica mundial y se calcula que proporcionan ingresos y empleo a más de mil millones de personas.
Los pequeños agricultores en los países en desarrollo producen la mayor parte de los productos agrícolas del mundo, incluyendo alimentos no básicos, como el azúcar y el café. La mejora de su productividad y la prosperidad relativa es crucial no sólo para el objetivo de erradicar el hambre de la FAO, sino para la agenda más amplia de las Naciones Unidas de apoyo a la sostenibilidad en todos los foros de políticas.
Casi dos tercios de los países en desarrollo dependen de las exportaciones de productos primarios para más del 50 por ciento de sus ingresos por exportación. Muchos países cuentan con altos niveles de dependencia de productos como la banana, el yute o el algodón. Solamente el café supone dos tercios de los ingresos por exportación de Burundi.
A nivel mundial, el 80 por ciento del café es producido por pequeños campesinos, y la cifra es aún más alta para el cacao. Ambos productos forman parte de las cadenas de valor globales que están a menudo dominadas por los distribuidores
"Las cuestiones relacionadas con la gobernabilidad están obteniendo cada vez más atención, especialmente a la luz de la Agenda de Desarrollo post-2015”, dijo.
Entre los ministros que asistieron al encuentro se incluyen los de Burkina Faso, República Centroafricana, Georgia, Haití, Líbano, Malawi, Mauritania, Portugal, Sudáfrica, Sudán, Tonga, Ucrania, República Unida de Tanzania y Zambia. Otros países enviaron viceministros o funcionarios de alto rango, entre ellos Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
El Comité de Problemas de Productos Básicos, un comité técnico de la FAO, con más de 100 miembros establecido en 1946 para inspeccionar y revisar los aspectos internacionales de la producción, comercio y distribución de productos básicos, se reunirá a partir del martes 7 hasta el jueves 9 de octubre.
Nuevas prioridades
Uno de las cuestiones que se ha pedido a los ministros que discutan es cómo los productos básicos deben relacionarse con los objetivos internacionales de desarrollo más amplios de la Agenda de Desarrollo post-2015.
La producción y exportación de productos básicos supone una quinta parte de la actividad económica mundial y se calcula que proporcionan ingresos y empleo a más de mil millones de personas.
Los pequeños agricultores en los países en desarrollo producen la mayor parte de los productos agrícolas del mundo, incluyendo alimentos no básicos, como el azúcar y el café. La mejora de su productividad y la prosperidad relativa es crucial no sólo para el objetivo de erradicar el hambre de la FAO, sino para la agenda más amplia de las Naciones Unidas de apoyo a la sostenibilidad en todos los foros de políticas.
Casi dos tercios de los países en desarrollo dependen de las exportaciones de productos primarios para más del 50 por ciento de sus ingresos por exportación. Muchos países cuentan con altos niveles de dependencia de productos como la banana, el yute o el algodón. Solamente el café supone dos tercios de los ingresos por exportación de Burundi.
A nivel mundial, el 80 por ciento del café es producido por pequeños campesinos, y la cifra es aún más alta para el cacao. Ambos productos forman parte de las cadenas de valor globales que están a menudo dominadas por los distribuidores
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