Rápida recuperación tras el paso del tifón Haiyan


7 de mayo de 2014, Región central de Filipinas – Decenas de miles de agricultores están recolectando su primera cosecha de arroz tan sólo seis meses después de que uno de los peores tifones que haya golpeado Filipinas arrasara sus campos y pusiera en peligro sus medios de subsistencia, anunció hoy la FAO.
 
Tras el paso del tifón Haiyan por la región central de Filipinas el 8 de noviembre de 2013, la situación era dramática. Más de 6 000 personas perdieron la vida, y cerca de 600 000 hectáreas de tierras de cultivo resultaron destruidas, dejando a millones de personas sin su fuente de ingresos y amenazando su seguridad alimentaria.
 
"Cuando vi la magnitud de la destrucción y los daños causados por los fuertes vientos y las olas, me pareció que ya no había esperanza", confesó Lisa Canaber, campesina dedicada al cultivo de arroz de la provincia de Leyte, una de las zonas más afectadas.
 
Sin embargo, gracias a una respuesta inmediata de la comunidad internacional, el Departamento filipino de Agricultura y la FAO fueron capaces de ayudar a decenas de miles de productores de arroz a restaurar y volver a sembrar rápidamente sus campos devastados tras la catástrofe, en estrecha colaboración con el gobierno nacional a todos los niveles.
 
Semillas de recuperación, cosecha de esperanza 
  
Pocas semanas después del desastre, la FAO, el Departamento de Agricultura y sus socios comenzaron a distribuir semillas de arroz certificadas a los agricultores más afectados, llegando a 44 000 familias a tiempo para la temporada de siembra de diciembre/enero.
  
Algunos ya han recolectado sus cosechas, y otros lo harán en las próximas semanas, hasta principios de junio.
  
Y como consecuencia de la oportuna distribución de semillas certificadas de arroz, complementada con fertilizante de urea, muchos agricultores están obteniendo ya rendimientos mucho más altos de lo normal.
 
Esto les proporcionará no sólo alimentos para el consumo familiar, sino también semillas para la próxima temporada de siembra, así como excedentes de arroz que puedan vender para aumentar sus ingresos familiares.
 
"Si no hubiera recibido semillas certificadas de arroz para sembrar a tiempo para la temporada de diciembre/enero, habría tenido que depender de la ayuda alimentaria externa durante casi un año entero", aseguró Carmen Cinco, otra campesina de la provincia de Leyte. "Ahora tengo esperanzas. Estamos en el camino hacia la recuperación”, añadió.
 
La FAO ha distribuido también 13 000 aperos agrícolas y más de 4 500 toneladas de fertilizantes a 80 000 familias afectadas. Ahora los productores de arroz están cosechando los beneficios de lo que es, para ellos, un primer y fundamental paso en el camino hacia la recuperación.
 
Medios de vida alternativos para los productores de coco 
  
Además de los amplios daños en los cultivos de arroz, unos 33 millones cocoteros resultaron dañados o destruidos por Haiyan, afectando a los medios de vida de más de un millón de productores de coco. Teniendo en cuenta de que los cocoteros tardarán entre de seis a ocho años en volver a ser productivos, los productores de coco en pequeña escala necesitan apoyo temporal en la búsqueda de fuentes alternativas de ingresos, ya que la mayoría contaban únicamente con los cocoteros para su sustento.
 
Después de haber consultado a las comunidades locales, y en estrecha colaboración con el Departamento de Agricultura, el Departamento de la Reforma Agraria, la Autoridad Filipina del Coco, la Oficina de Industrias Pecuarias y otras instituciones gubernamentales pertinentes, la FAO tiene el objetivo de ayudar a unos 30 000 productores de coco en pequeña escala, aportándoles semillas de hortalizas, aperos agrícolas, equipos de post-cosecha y ganado, como búfalos, cabras, cerdos y aves de corral.
 
"Necesito semillas, de forma que pueda vender hortalizas en el mercado", explicó Rosalia Garredo, campesina dedicada a la producción de arroz y cocos de la provincia de Leyte. "Esto y la cría de aves de corral como sustento alternativo –añadió- me ayudará a mantenerme hasta que los cocoteros sean productivos de nuevo".
 
El objetivo es diversificar los medios de subsistencia de los pequeños agricultores, aumentando su resiliencia frente a desastres futuros.
 
El tifón también dañó gravemente los manglares costeros, que desempeñan un papel importante en la seguridad alimentaria local. La FAO, en colaboración con la Dirección de Ordenación Forestal del Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales, tiene previsto apoyar la rehabilitación de los sistemas agroforestales y manglares y asistir a cerca de 5 000 campesinos vulnerables con los insumos agrícolas y ganaderos necesarios.
 
El sector pesquero también en vías de recuperación 
  
Además, la tormenta destruyó los activos de un gran número de pescadores, desde los barcos y artes de pesca a los estanques para la acuicultura y las instalaciones en tierra. Se estima que unos 30 000 barcos fueron dañados, y unos 10 000 completamente perdidos o destruidos.
 
En el desarrollo e implementación de proyectos de recuperación, la FAO garantiza que no se excedan las capacidades de pesca anteriores al tifón; que los pescadores recibirán artes de pesca selectivas, no destructivas; soporte para los insumos; y orientación técnica en prácticas responsables. De todo ello se beneficiarán cerca de 17 000 familias de pequeños pescadores.
 
Más allá de la recuperación, la FAO está tratando de aumentar la resiliencia y la capacidad de pesca de las comunidades para hacer frente a futuros desastres naturales.
 
Apoyo mundial 
  
La labor de la FAO de recuperación tras el tifón Haiyan ha sido apoyada hasta la fecha por el Fondo Central de Emergencias de Naciones Unidas (CERF), el Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO) y los gobiernos de Bélgica, Canadá, Finlandia, Irlanda, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Reino Unido.