Un nuevo acuerdo amplia la cooperación con la república ex soviética



11 de febrero de 2014, Roma - La FAO, en colaboración con la Unión Europea, ayudará a Bielorrusia a eliminar los plaguicidas obsoletos y a reducir los riesgos derivados de los que se usen en la agricultura en un futuro, en virtud de un nuevo acuerdo firmado hoy.
 
Durante los próximos dos años y medio, la FAO prestará asistencia técnica a Bielorrusia para gestionar sus existencias de plaguicidas obsoletos, creando capacidad para reducir al mínimo las amenazas para la salud humana y el medio ambiente de los residuos peligrosos, así como a reforzar la capacidad normativa y la correcta gestión de los envases de los plaguicidas.
 
Junto con el Gobierno de Bielorrusia, la FAO identificará y evaluará los sitios más contaminados, con el fin de movilizar recursos para la reducción de riesgos, promover alternativas a los productos químicos más peligrosos utilizados actualmente, y desarrollar estrategias de comunicación para concienciar a los agricultores y al público.
 
"Se trata de un proyecto importante para la FAO, y para el que nuestra organización cuenta con una valiosa experiencia”, aseguró Vladimir Rakhmanin, Director General Adjunto de la FAO para Europa y Asia Central. "Este proyecto –añadió- es también un paso importante para fortalecer la cooperación entre la FAO y Bielorrusia".
 
Productos peligrosos 
 
El acuerdo forma parte de un proyecto de asociación entre la FAO y la UE para el manejo de plaguicidas en el territorio de la antigua Unión Soviética, lanzado en 2012 y de cuatro años de duración. La UE contribuye con 6 millones de euros a la iniciativa, y la FAO, que actúa como organismo de ejecución, ha destinado 1 millón de euros.
 
Con este acuerdo son ya un total de seis países los que se han sumado a la iniciativa: Armenia, Bielorrusia, Georgia, Kirguistán, Moldovia y Ucrania. El proyecto prevé la eliminación de más de 1 000 toneladas de plaguicidas obsoletos de estos países para 2016, aunque de Ucrania ya ha eliminado sus existencias de estos plaguicidas.
 
Se calcula que hay alrededor de 200 000 toneladas de plaguicidas obsoletos –cerca del 40 por ciento de las existencias mundiales- en doce ex repúblicas de la Unión Soviética: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Moldavia, la Federación de Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán. Conservados en decenas de miles de emplazamientos sin protección alguna, estos productos suponen una grave amenaza para la salud de las personas y el medio ambiente.
 
Estas reservas se acumularon durante la era soviética, debido a los sistemas de suministro centralizados, con la prohibición de determinados productos debido a las preocupaciones ambientales y por la salud, y la falta de capacidad para eliminar los productos obsoletos de forma respetuosa para el medio ambiente.