Nuevas voces en defensa de la cordillera

La Academia de Ciencias de la República Dominicana acaba de revelar con toda la autoridad que le otorga el cúmulo de experiencias y conocimientos de sus miembros, que la carretera San Juan-Santiago es un proyecto peligroso para este país que no tiene justificación técnica, económica ni ambiental.
El principal peligro que se advierte es que una vez intervenida la alta montaña para dar paso a una carretera innecesaria y altamente costosa, los nacimientos de importantes ríos que suplen los acueductos y los sistemas de regadío de San Juan y la Línea Noroeste se verán seriamente amenazados tanto por el daño inicial en los cortes para abrir paso a la nueva vía, como por la llegada masiva de agricultores temporeros que tienen como cultura la “tumba y quema” para plantar cultivos de ciclo corto que provocan erosión de suelos y deforestación.
Dada la cercanía de la frontera, una de las consecuencias inmediatas de abrir las venas de las montañas de la cordillera Central en las proximidades de San Juan es la llegada masiva de haitianos que sin duda intentarán instalarse en la zona para implantar el conuquismo y la quema de carbón.
Pero al igual que la Academia, que tiene su sede en Santo Domingo, la Sociedad Ecológica del Cibao (Soeci) –con base en Santiago- también se pronunció esta semana en contra de abrir una nueva carretera pasando por las elevaciones más altas de las Antillas Mayores, porque ello significaría un daño sin precedentes a la foresta, la vida de los ríos, presas para hidroeléctricas y acueductos.