Un nuevo informe conjunto del Banco Mundial, la FAO y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) examina las perspectivas de la pesca y la acuicultura


5 de febrero de 2014, Washington/Roma - La acuicultura -la cría de peces- proveerá cerca de dos tercios del consumo mundial de pescado en 2030, a medida que la pesca de captura se estabilice y la demanda de una clase media global emergente -sobre todo en China-, aumente sustancialmente.

Estas son algunas de las principales conclusiones del informe “La pesca hasta 2030: Perspectivas de la pesca y la acuicultura", (
Fish to 2030: Prospects for Fisheries and Aquaculture) publicado hoy y fruto de la colaboración entre el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés). El documento pone de relieve el alcance del comercio mundial de productos del mar, que tiende a fluir desde los países en desarrollo a los desarrollados.

Según la FAO, el 38 por ciento de todo el pescado que se produce actualmente en el mundo se exporta y, en términos de valor, más de dos tercios de las exportaciones de pescado de los países en desarrollo se dirigen a los países desarrollados. El informe "La pesca hasta 2030" señala que China se está convirtiendo en un importante y creciente mercado para el pescado, que supondrá un 38 por ciento del consumo mundial en 2030. China y otros muchos países están aumentando sus propias inversiones en acuicultura para ayudar a cubrir este aumento de la demanda.

En 2030 se prevé que Asia -incluyendo Asia meridional, el Sudeste asiático, China y Japón- represente el 70 por ciento del consumo mundial de pescado. Por otro lado, África subsahariana verá una disminución del consumo de pescado per cápita del 1 por ciento anual desde 2010 hasta 2030. Pero, debido al rápido crecimiento de la población -del 2,3 por ciento en el mismo período- el consumo total de pescado de la región aumentará en conjunto en un 30 por ciento.

El informe predice que el 62 por ciento del pescado procederá de la acuicultura en 2030, con un crecimiento más rápido de especies como tilapia, carpa y bagre (pez gato). Está previsto que la producción mundial de tilapia casi se duplique, desde 4,3 millones de toneladas a 7,3 millones anuales entre 2010 y 2030.

“El rápido avance de la acuicultura hace particularmente difícil crear modelos para este sector y, al mismo tiempo, es su faceta más interesante en términos de perspectivas de futuro para la transformación y el cambio tecnológico”, explicó uno de los autores del informe, Siwa Msangi del IFPRI.

"Comparando este estudio –añadió- con uno similar que hicimos en 2003, podemos ver que el crecimiento en la producción acuícola ha sido mayor de lo que pensábamos”.

El Director de Agricultura y Servicios Ambientales del Banco Mundial, Juergen Voegele, señaló por su parte que el informe aporta información valiosa para los países en desarrollo interesados en el crecimiento de sus economías a través de la producción pesquera sostenible, aunque advirtió que se necesitan políticas muy bien estudiadas para garantizar que este recurso se gestiona de forma sostenible.

“El suministro sostenible de pescado -producirlo sin agotar los recursos naturales productivos y sin dañar el precioso medio ambiente acuático- es un enorme desafío", advirtió Voegele. "Seguimos presenciando un nivel excesivo e irresponsable en la pesca de captura y la acuicultura, y entre otros aspectos, los brotes de enfermedades han afectado en gran medida a la producción. Si los países pueden gestionar sus recursos de forma adecuada, estarán en condiciones de beneficiarse del cambiante entorno comercial".

La pesca y la acuicultura son una fuente vital de empleos, alimentos nutritivos y oportunidades económicas, especialmente para las comunidades pesqueras en pequeña escala. Sin embargo, las amenazas de brotes de enfermedades a gran escala en la acuicultura y los impactos relacionados con el cambio climático podrían alterar dramáticamente este recurso.

Arni M. Mathiesen, Director General Adjunto de la FAO al frente del Departamento de Pesca y Acuicultura, hizo hincapié en que aprovechar el potencial de la acuicultura podría tener beneficios duraderos y positivos.

"Con un aumento previsto de la población mundial hasta los 9 000 millones de personas en 2050 -sobre todo en áreas que tienen niveles elevados de inseguridad alimentaria-, la acuicultura, si se desarrolla y practica de forma responsable, puede aportar una contribución importante a la seguridad alimentaria y al crecimiento económico mundial”, aseguró Mathiesen.