El combate contra la plaga trata de evitar la amenaza del hambre
19 de diciembre de 2013, Roma – Madagascar continúa combatiendo una invasión de langosta migratoria malgache, un voraz insecto que amenaza los cultivos de arroz y maíz y, por tanto, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas.
Elaborado conjuntamente por la FAO y el Gobierno de Madagascar, el programa de tres años en respuesta a la plaga de langostas está implementado y coordinado por la FAO en estrecha colaboración con el Gobierno malgache. El programa se compone de tres campañas contra la langosta sucesivas, la última de ellas en 2016.
"Estamos utilizando helicópteros y vehículos para llevar a cabo operaciones de vigilancia y control", explicó Said Lagnaoui, coordinador de la campaña contra la langosta de la FAO. "Utilizamos diferentes plaguicidas seleccionados para tener el menor impacto negativo posible sobre el medio ambiente”, añadió
Los plaguicidas están registrados en Madagascar para combatir la langosta y aparecen enumerados en el informe del Grupo Consultivo sobre Plaguicidas de la FAO. En zonas sensibles se ha previsto utilizar bioplaguicidas que incluyen en su composición un hongo entomopatogénico que actúa como un parásito específico contra las langostas.
El 30 de noviembre, tras menos de un mes de operaciones de control, se han eliminado bandadas de insectos jóvenes y grupos de langostas adultas en cerca de 50 000 hectáreas.
"Los cultivos de maíz y arroz están empezando a crecer y se ven amenazados. Estamos tratando de evitar, o al menos reducir, los daños", dijo Lagnaoui.
"El objetivo de este programa –aseguró- es proteger la seguridad alimentaria del mundo rural, de campesinos que sólo tienen lo que pueden cultivar para sobrevivir".
Cuatro millones de personas padecen inseguridad alimentaria
La invasión de langostas, que comenzó en abril de 2012, ha dañado los cultivos y desalentado a los agricultores a sembrar en las zonas afectadas. La región meridional, la más depauperada del estado insular en el Océano Índico, se ha visto especialmente afectada.
Una misión de la FAO y del Programa Mundial de Alimentos (PMA) realizada en junio/julio de 2013, concluyó que alrededor de 4 millones de personas en las zonas rurales de Madagascar estaban en situación de inseguridad alimentaria tras la mala cosecha de 2012/2013 y otros 9,6 millones de personas estaban bajo la amenaza de verse abocadas a esa misma inseguridad alimentaria.
El informe de la misión culpaba de la mala temporada agrícola -se espera un déficit de arroz a nivel nacional de 240 000 toneladas para el año comercial 2013/14- a una combinación de factores: la meteorología irregular del año pasado, los ciclones a principios de este año seguidos por un período de lluvias escasas y la invasiónde langostas.
Hasta el momento el programa contra la langosta ha recibido un total de 26,3 millones de dólares EEUU, aportados por el Gobierno de Madagascar a través de un préstamo del Banco Mundial, Austria, Bélgica, el Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas(CERF), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la Unión Europea, Francia, Italia y Noruega.
Lagnaoui explicó que el primer año de la campaña contra la langosta había sido financiado totalmente, pero que había un déficit de cerca de 17,7 millones de dólares para cubrir el segundo y tercer año.
Los fondos sirven para financiar, entre otras actividades:
Elaborado conjuntamente por la FAO y el Gobierno de Madagascar, el programa de tres años en respuesta a la plaga de langostas está implementado y coordinado por la FAO en estrecha colaboración con el Gobierno malgache. El programa se compone de tres campañas contra la langosta sucesivas, la última de ellas en 2016.
"Estamos utilizando helicópteros y vehículos para llevar a cabo operaciones de vigilancia y control", explicó Said Lagnaoui, coordinador de la campaña contra la langosta de la FAO. "Utilizamos diferentes plaguicidas seleccionados para tener el menor impacto negativo posible sobre el medio ambiente”, añadió
Los plaguicidas están registrados en Madagascar para combatir la langosta y aparecen enumerados en el informe del Grupo Consultivo sobre Plaguicidas de la FAO. En zonas sensibles se ha previsto utilizar bioplaguicidas que incluyen en su composición un hongo entomopatogénico que actúa como un parásito específico contra las langostas.
El 30 de noviembre, tras menos de un mes de operaciones de control, se han eliminado bandadas de insectos jóvenes y grupos de langostas adultas en cerca de 50 000 hectáreas.
"Los cultivos de maíz y arroz están empezando a crecer y se ven amenazados. Estamos tratando de evitar, o al menos reducir, los daños", dijo Lagnaoui.
"El objetivo de este programa –aseguró- es proteger la seguridad alimentaria del mundo rural, de campesinos que sólo tienen lo que pueden cultivar para sobrevivir".
Cuatro millones de personas padecen inseguridad alimentaria
La invasión de langostas, que comenzó en abril de 2012, ha dañado los cultivos y desalentado a los agricultores a sembrar en las zonas afectadas. La región meridional, la más depauperada del estado insular en el Océano Índico, se ha visto especialmente afectada.
Una misión de la FAO y del Programa Mundial de Alimentos (PMA) realizada en junio/julio de 2013, concluyó que alrededor de 4 millones de personas en las zonas rurales de Madagascar estaban en situación de inseguridad alimentaria tras la mala cosecha de 2012/2013 y otros 9,6 millones de personas estaban bajo la amenaza de verse abocadas a esa misma inseguridad alimentaria.
El informe de la misión culpaba de la mala temporada agrícola -se espera un déficit de arroz a nivel nacional de 240 000 toneladas para el año comercial 2013/14- a una combinación de factores: la meteorología irregular del año pasado, los ciclones a principios de este año seguidos por un período de lluvias escasas y la invasiónde langostas.
Hasta el momento el programa contra la langosta ha recibido un total de 26,3 millones de dólares EEUU, aportados por el Gobierno de Madagascar a través de un préstamo del Banco Mundial, Austria, Bélgica, el Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas(CERF), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la Unión Europea, Francia, Italia y Noruega.
Lagnaoui explicó que el primer año de la campaña contra la langosta había sido financiado totalmente, pero que había un déficit de cerca de 17,7 millones de dólares para cubrir el segundo y tercer año.
Los fondos sirven para financiar, entre otras actividades:
- Las operaciones de vigilancia y control aéreo;
- La mejora del seguimiento y análisis de la plaga de langostas;
- Fortalecimiento de la capacidad nacional para combatir la plaga;
- Seguimiento y mitigación del impacto de las operaciones de control en la salud humana y el medio ambiente;
- Evaluación de la eficacia de cada campaña contra la langosta y el impacto de la plaga en cultivos y pastos.
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