La FAO y el DFID acuerdan un proyecto de cuatro años y 48 millones de dólares de apoyo a la agricultura

20 de diciembre de 2013, Harare/Roma – El Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) y la FAO han concertado una iniciativa de cuatro años en apoyo de los esfuerzos de Zimbabwe para abordar las causas profundas de la pobreza y la inseguridad alimentaria, y aumentar la resiliencia frente al cambio climático. 

El nuevo e innovador programa permitirá a las familias agrícolas pobres y vulnerables mejorar su seguridad alimentaria, nutrición e ingresos, al tiempo que fortalecen su resiliencia a largo plazo. 

El DFID aporta una financiación de 48 millones de dólares EEUU (30 millones de libras) para un programa gestionado por la FAO para aumentar la sostenibilidad de la agricultura, contribuir al empleo rural y mejorar la nutrición -desde los niños a los adultos- en Zimbabwe. 

El programa reducirá la pobreza en diferentes partes del país al aumentar los ingresos de los hogares agrícolas pobres mediante prácticas agrícolas “inteligentes respecto al clima” que aumenten la productividad agrícola, junto con iniciativas que mejorarán acceso de los agricultores a los mercados. 

La FAO se encargará de la gestión general del programa, incluyendo la coordinación de las actividades, la calidad técnica y la presentación de informes sobre los resultados. El programa pretende ayudar a cerca de 300 000 personas en los distritos seleccionados. 

“Lo que hace único a este acuerdo es el tipo de colaboración con el socio que aporta recursos, en el que la FAO gestiona un programa, compartiendo su implementación con un gran número de asociados. La gran cantidad de recursos puestos a disposición de la FAO pone de relieve la confianza que el DFID tiene en la capacidad de la FAO de cumplir sus objetivos”, señaló Daniel Gustafson, Director General Adjunto de la FAO para Operaciones. 

Más del 70 por ciento de los zimbabuenses depende principalmente de la agricultura para su subsistencia, pero se enfrentan a una amplio abanico de problemas, entre los que se incluyen baja productividad, integración limitada en los mercados, baja fertilidad de los suelos en algunas regiones, el impacto del cambio climático, sistemas de riego limitados, ausencia de sistemas de crédito orientados a los pequeños productores, y formación y servicios agrícolas insuficientes. 

El denominado Programa sobre medios de vida y seguridad alimentaria se centrará en la reducción de la pobreza, pero también en abordar las limitaciones específicas que los pequeños agricultores -en particular las mujeres- encuentran para impulsar la productividad agrícola y lograr un completo acceso a los mercados. Tendrá por objeto, entre otros aspectos:

  • incrementar las oportunidades de empleo a corto plazo a través de programas de protección social que ayuden a mujeres y hombres a mejorar su nutrición e invertir en sus explotaciones;
  • mejorar la infraestructura de riego;
  • vincular a los pequeños agricultores con los mercados;
  • ofrecer un entorno propicio mediante el apoyo de políticas y fomento de las inversiones públicas y privadas, y,
  • aumentar la producción y la productividad agrícola de alimentos nutritivos. 
Uno de los objetivos del programa es hacer a los agricultores resilientes contra el cambio climático. Para fortalecer los mecanismos de producción de alimentos, se centrará en la promoción de tecnologías y sistemas de cultivo “climáticamente inteligentes”, como una mayor diversidad de los cultivos, la mejora del almacenamiento, procesamiento y conservación, la rotación de cultivos, la agricultura de conservación y el riego. También se promoverán estrategias resilientes de producción ganadera, que comprenden la mejora de las estrategias de piensos, la producción de cultivos forrajeros y la cría y selección del ganado.