RD A LA EXPECTATIVA
LO DEL
ROBO DE LOS BILLETES DE 2000 PESOS DE LA SERIE 2013 NO OFICIALIZADO DEBE SER ACLARADO
DEBIDAMENTE
Evidentemente, por lo ocurrido en la República Dominicana
y en otros países latinoamericanos, no solo con el robo de billetes impresos en Oberthure Fiduciaire de Francia, sino también con la Giesecke & Devrient (G&D), con sede en Alemania,
da a entender que hay un cerebro bien enterado de los negocios de las empresas
que imprimen billetes para los países que son sus clientes: (impresiones,
despachos, fecha, hora y destino).
Conforme a los despachos publicados sobre lo ocurrido a
Paraguay,Bolivia y República Dominicana, (casos conocidos); el robo de los
billetes ha ocurrido cuando el contenedor sale del puerto francés de embarque,
en el trayecto hacia su destino.
¿Cómo se enteran las bandas que “asaltan” en el trayecto el
cargamento, de que en un barco específico, y con una ruta diseñada, viene un
despacho de billetes?. Responder a esto, es un reto para las empresas que
realizan este negocio de imprimir papel moneda, porque sus estándares de
seguridad están mellados. Cabe notar que es responsabilidad del emisor, no del
receptor, de la seguridad de la entrega del embarque hasta que es recibido por
el banco central cliente.
Hasta que se notificó públicamente, al menos en la República Dominicana ,
muchos no conocíamos que allende los mares existía la “piratería” contra
embarques de billetes o papel moneda.
Que se desaparezcan fajos de billetes de una bóveda bancaria
(central) o comercial, es entendible, porque la delincuencia está como el
viento, en todas partes. Pero que se pierda parte, y no todo, de un mensaje
monetario en el trayecto, ya hace pensar en un hecho bien planificado y con
raíces en el origen.
Hace bien Oberthure Fiduciare, con colaborar con las autoridades
francesas y con las dominicanas, para ofrecer los detalles en las
investigaciones paralelas, porque al parecer el “cáncer” está muy cercano del
pie galo, a juzgar por los acontecimientos, con el agravante de que están
contaminados personas o grupos de los países receptores y estos “piratas” que
no se sabe ¿cómo se enteran de que un determinado barco lleva un cargamento de
billetes para un país específico?. Mucha tela para cortar en el caso del robo
de los billetes a Oberthure Fiduciaire, y las investigaciones están en ciernes.
Recientemente, Oberthure Fiduciaire, envió a las autoridades del
Banco Central de la
República Dominicana (Bancentral), una especie de carta
lamentando lo ocurrido, reafirmando su imagen internacional sobre la reputación
de su trabajo, la confianza internacional y lo de sus estándares de calidad y
seguridad.
La misiva rubricada por Thomas Savare, alto ejecutivo de la
compañía francesa, da cuenta de que la empresa desaprueba lo ocurrido, que está
altamente preocupada y que ha colaborado con las autoridades francesas para dar
con los responsables y aclararlo todo. De igual manera ofrece reponer los 16.8
millones de pesos no autorizados puestos a circular en el mercado monetario
dominicano. Es un gesto valuable, pero hace falta detalles acerca del curso y
los resultados de las investigaciones de la policía francesa. Oficialmente no
se ha informado con la celeridad requerida sobre los resultados. No se sabe aún,
si han encontrado culpable o culpables; no se sabe si están o no vinculados a
la empresa, o si son simples rateros piratas. Pero estimamos relevante también
que se aclare ¿cómo es que se enteran, o quién los entera, cuando va a salir un
despacho de billetes y cuál es su horario y su destino, para que los rateros
puedan actuar?.
DESCONFIANZA
Lo dicho, porque parte de los dineros robados, aunque son monedas
de curso válido, no han sido “liberadas” por las autoridades monetarias, han
circulado en los mercados financieros locales y los delincuentes han logrado
adquirir bienes y servicios.
Pero quienes están aislados de estas maniobras, han sido víctimas
de este robo, porque han confrontado dificultades en el mercado y han perdido
sus valores en la mayoría de los casos; en tanto, la circulación de estos
billetes ha traído consigo desconfianza en las denominaciones hurtadas. En la República Dominicana ,
la mayoría le huye a los billetes de la denominación de los 2000 pesos, lo que
indica que no es solo el simple robo el problema, sino el impacto negativo en
los mercados y las distorsiones y carencia de confianza, amén de que se
cuestiona aunque no sea deseado los niveles de seguridad envueltos en el
negocio de la fabricación de monedas y billetes de curso legal.
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