BCRD sube su Tasa de Política Monetaria a 6.25% anual
En su reunión de política monetaria de agosto de 2013, el Banco Central de la República Dominicana decidió incrementar su Tasa de Política Monetaria en 200 puntos básicos, de 4.25% anual a 6.25% anual. Al mismo tiempo, las tasas de interés de las facilidades permanentes de expansión y contracción monetaria aumentarán a 7.75% y 4.75% anual, respectivamente.
La decisión de subir la tasa de referencia toma en consideración el balance de riesgos sobre las proyecciones de inflación, particularmente el potencial traspaso a los precios internos que podría ocurrir, producto de la volatilidad que ha experimentado el mercado cambiario en las últimas semanas. La tasa interanual de inflación, julio 2012-julio 2013, se situó en 5.67%, acumulándose 2.39% en los primeros siete meses del año, mientras la variación mensual alcanzó 0.62%. Asimismo, la inflación subyacente interanual se ubicó en 5.25%.
En el contexto externo, ante menores expectativas de crecimiento económico mundial y el posible desmonte gradual del estímulo monetario por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América, las condiciones financieras internacionales se han vuelto más restrictivas. Los flujos de capitales internacionales están saliendo de las economías emergentes, produciendo una depreciación casi generalizada en las monedas de esos países. La Zona Euro continúa en recesión a pesar de que el último dato de crecimiento muestra un posible punto de inflexión. En América Latina, las proyecciones de crecimiento de Consensus Forecast se revisaron a la baja en el mes de agosto, mientras las salidas de capital continúan debilitando las monedas locales. Los precios internacionales de las materias primas, particularmente el petróleo, presentan una tendencia al alza que se ha acelerado debido a los riesgos geopolíticos.
En el ámbito doméstico, el crecimiento de la actividad económica y de la demanda interna alcanzó un punto de inflexión en el primer trimestre del año. Luego de la fuerte desaceleración de enero-marzo, la economía creció 2.8% en el periodo abril-junio. El crédito al sector privado en moneda nacional aceleró su tasa interanual de crecimiento hasta superar 14.0% en el mes de agosto, como resultado del proceso de transmisión de la política monetaria hacia la actividad económica. Se espera que la economía continúe presentando una tendencia creciente en los próximos meses en un contexto de recuperación de la confianza del sector privado y de un comportamiento de las finanzas públicas ordenado, en línea con el Presupuesto. Se prevé que en la segunda mitad del año continuaría el proceso de consolidación fiscal que permitió al Gobierno reducir el déficit público a 1.1% del PIB del año en enero-junio, por debajo del déficit de 1.4% del PIB, consistente con el Presupuesto.
El Banco Central reafirma su compromiso de conducir la política monetaria al logro de su meta de inflación, a la vez que seguirá monitoreando la evolución de la economía mundial y la coyuntura doméstica a fin de adoptar las medidas necesarias ante riesgos sobre la estabilidad de precios y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.
En su reunión de política monetaria de agosto de 2013, el Banco Central de la República Dominicana decidió incrementar su Tasa de Política Monetaria en 200 puntos básicos, de 4.25% anual a 6.25% anual. Al mismo tiempo, las tasas de interés de las facilidades permanentes de expansión y contracción monetaria aumentarán a 7.75% y 4.75% anual, respectivamente.
La decisión de subir la tasa de referencia toma en consideración el balance de riesgos sobre las proyecciones de inflación, particularmente el potencial traspaso a los precios internos que podría ocurrir, producto de la volatilidad que ha experimentado el mercado cambiario en las últimas semanas. La tasa interanual de inflación, julio 2012-julio 2013, se situó en 5.67%, acumulándose 2.39% en los primeros siete meses del año, mientras la variación mensual alcanzó 0.62%. Asimismo, la inflación subyacente interanual se ubicó en 5.25%.
En el contexto externo, ante menores expectativas de crecimiento económico mundial y el posible desmonte gradual del estímulo monetario por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América, las condiciones financieras internacionales se han vuelto más restrictivas. Los flujos de capitales internacionales están saliendo de las economías emergentes, produciendo una depreciación casi generalizada en las monedas de esos países. La Zona Euro continúa en recesión a pesar de que el último dato de crecimiento muestra un posible punto de inflexión. En América Latina, las proyecciones de crecimiento de Consensus Forecast se revisaron a la baja en el mes de agosto, mientras las salidas de capital continúan debilitando las monedas locales. Los precios internacionales de las materias primas, particularmente el petróleo, presentan una tendencia al alza que se ha acelerado debido a los riesgos geopolíticos.
En el ámbito doméstico, el crecimiento de la actividad económica y de la demanda interna alcanzó un punto de inflexión en el primer trimestre del año. Luego de la fuerte desaceleración de enero-marzo, la economía creció 2.8% en el periodo abril-junio. El crédito al sector privado en moneda nacional aceleró su tasa interanual de crecimiento hasta superar 14.0% en el mes de agosto, como resultado del proceso de transmisión de la política monetaria hacia la actividad económica. Se espera que la economía continúe presentando una tendencia creciente en los próximos meses en un contexto de recuperación de la confianza del sector privado y de un comportamiento de las finanzas públicas ordenado, en línea con el Presupuesto. Se prevé que en la segunda mitad del año continuaría el proceso de consolidación fiscal que permitió al Gobierno reducir el déficit público a 1.1% del PIB del año en enero-junio, por debajo del déficit de 1.4% del PIB, consistente con el Presupuesto.
El Banco Central reafirma su compromiso de conducir la política monetaria al logro de su meta de inflación, a la vez que seguirá monitoreando la evolución de la economía mundial y la coyuntura doméstica a fin de adoptar las medidas necesarias ante riesgos sobre la estabilidad de precios y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.
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