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13 de junio de 2013, Roma
– La FAO ha pedido a los países del denominado "cinturón de trigo" en
el mundo que intensifiquen la vigilancia y la prevención de las royas
del trigo, enfermedades fúngicas que se propagan con facilidad en
temporadas especialmente lluviosas. Los rendimientos podrían verse
afectados en el norte de África, Oriente Medio y Asia meridional y
occidental, que representan más del 30 por ciento de la producción
mundial de trigo y casi el 40 por ciento de la superficie total dedicada
a este cereal.
"Las
condiciones de crecimiento favorables para el trigo también lo son para
las royas, por ello cuando hay lluvias abundantes es cuando las royas
del trigo pueden desarrollarse mejor y proliferar", según Fazil
Düsünceli, Oficial de Agricultura en la División de Producción y
Protección Vegetal de la FAO, especialista en la enfermedad.
“El
método ideal para prevenir las royas es cultivar las variedades
adecuadas que son resistentes a enfermedades de la roya. Esto reduce al
mínimo los riesgos de enfermedad. En caso de epidemias repentinas,
fumigar con fungicida puede ayudar a mitigar los daños, pero sólo si la
roya es tratada en una etapa temprana ", añadió Düsünceli.
Las
royas del trigo se manifiestan en forma de ampollas de color amarillo,
marrón o negruzco que se forman en las hojas y los tallos, llenas de
millones de esporas. Estas esporas, de apariencia similar a la
herrumbre, infectan los tejidos de las plantas, dificultando la
fotosíntesis y disminuyendo la capacidad de la planta para producir
grano.
Riesgo inminente en África oriental
Düsünceli
subrayó que deben intensificarse el seguimiento y la vigilancia de las
royas sobre todo en África oriental, Etiopía y Kenya, donde ha iniciado
la temporada de crecimiento y las lluvias han sido favorables. Si las
royas del trigo atacan a las variedades vulnerables en una etapa
temprana, el experto indicó que podría perderse casi toda la cosecha.
"Si
bien en las tierras bajas de las zonas más cálidas los cultivos ya
están totalmente maduros o ha sido recolectados, en las zonas altas y
las regiones más montañosas, incluyendo Asia central y occidental,
todavía hay un riesgo de brotes, pero todavía hay tiempo para reducir
las pérdidas, especialmente las provocadas por la roya amarilla", señaló
Düsünceli, ya que los cultivos en altitudes elevadas y temperaturas más
bajas continúan todavía madurando.
Según una alerta conjunta aparecida en www.rusttracker.org
lanzada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo
(CIMMTY) y el Centro Internacional de Investigación Agrícola en las
Zonas Secas (ICARDA), ambos socios de la FAO, "las condiciones
climáticas propicias para la royas -sobre todo roya amarilla-, están
dando lugar a brotes potencialmente graves en Asia central y occidental y
el norte de África. Las condiciones frescas y húmedas han persistido en muchos países, desde Marruecos a Bután.
Según
el informe, la roya amarilla (rayada) ha dañado las variedades
susceptibles en algunas zonas de Afganistán, Azerbaiyán, India, Irán,
Iraq, Marruecos, Pakistán, Turquía y Uzbekistán. Sin
embargo no se ha producido una epidemia generalizada similar a la de
2010, en parte gracias a la introducción progresiva de variedades
resistentes, el control químico y condiciones meteorológicas más
calurosas. Sin embargo, en algunos lugares la gravedad de la enfermedad
alcanzó niveles elevados que hicieron necesario la aplicación de
fungicidas.
En
Pakistán, hubo un notable aumento de informes de elevada intensidad
(por encima del 40 por ciento) e intensidad moderada (por encima de 20
por ciento) para los tres tipos de roya, pero los efectos de la roya
amarilla fueron más pronunciados, apareciendo en el 53% de los campos
analizados.
En
Afganistán, la roya amarilla apareció en las zonas oriental,
septentrional y nororiental al final de marzo. La incidencia y gravedad
aumentó en los cultivos susceptibles hasta la última semana de abril,
pero se espera la llegada de condiciones meteorológicas más cálidas que
reduzca aún más la propagación de la enfermedad.
En
Marruecos, la roya rayada se encuentra extendida en casi en todas las
áreas: un 40% de los campos inspeccionados registraba un 50% o más de
intensidad, necesitando aplicaciones de fungicidas.
Prevención, alerta temprana y respuesta rápida
El
uso de variedades resistentes y la intervención temprana son principios
fundamentales para combatir las royas del trigo, pero el monitoreo
sobre el terreno suele ser escaso y por tanto el proceso para informar
sobre la enfermedad es lento en muchos países.
En
un esfuerzo por informar con rapidez de la presencia de la roya, la FAO
puso en marcha recientemente un sistema de vigilancia piloto a través
del teléfono móvil en Turquía, por medio de smartphones y SMS.
Un elemento clave es que la tarea de presentación de informes se ha
asignado a los oficiales de extensión agrícola, que en su trabajo diario
visitan regularmente los campos de trigo en sus distritos.
"La
información es ahora instantánea -explicó Düsünceli- y se transmite
directamente a una base de datos alojada en el Ministerio de
Agricultura. Esos datos darán las instituciones el conocimiento y las
señales de alerta temprana necesarias para reaccionar con rapidez”.
Programa mundial contra la roya del trigo
La
FAO ha llevado a cabo un programa mundial desde 2008 para proporcionar
apoyo técnico y de políticas a los países afectados en la colaboración
con el CIMMYT, el ICARDA, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
(FIDA) y la Universidad de Cornell (EEUU), en el marco de la Iniciativa
Mundial de Borlaug contra la Roya. Se hace hincapié en la prevención,
fomentando el desarrollo y la siembra de variedades resistentes, el uso
de semillas certificadas, la multiplicación rápida de semillas, la
formación de los agricultores, el fortalecimiento de la vigilancia y la
capacidad de respuesta de emergencia y la cooperación internacional.
Las
royas del trigo, al igual que otros agentes patógenos, pueden
evolucionar con el tiempo en nuevas cepas más virulentas y perjudiciales
para el trigo. Un ejemplo es la cepa de la roya del tallo Ug99, que
surgió en Uganda en 1998-1999. Desde entonces se ha extendido más allá
de África occidental hasta Irán y preocupa que la mayoría de las
variedades de trigo a través de casi la misma franja de África
occidental, y de Asia occidental y meridional son susceptibles a la cepa
virulenta. Asimismo, la virulenta cepa de la roya amarilla Yr 27 causó
importantes pérdidas a través de la misma región, desde el norte de
África a Asia occidental y meridional durante las graves epidemias en
2009 y 2010.
Las
royas del trigo deben ser vigiladas de cerca, como parte de un esfuerzo
colectivo mundial. Para lograr una productividad sostenida y mejorada
de trigo, se necesitan más inversiones para apoyar los esfuerzos
regionales e internacionales de colaboración para apoyar la gestión
integrada de la enfermedad en las regiones donde el riesgo de epidemias
es frecuente, especialmente en el este y el norte de África, Oriente
Medio, y Asia central y meridional.
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