· Estudio del IICA afirma que en América Latina la industria de seguros agrícolas puede basarse en un modelo público-privado para impulsar su desarrollo.
· Instituto desarrolla iniciativas para mejorar los sistemas de gestión de riesgos agrícolas.
San José, Costa Rica, mayo, 2013 (IICA). La cobertura de seguros agrícolas en América Latina y el Caribe crece de manera positiva en los países que han impulsado un modelo público-privado y en donde la agricultura desempeña un destacado papel económico y social.
Así se desprende del estudio “Los seguros agropecuarios en las Américas: un instrumento para la gestión del riesgo”, efectuado por técnicos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y de la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo del Seguro Agropecuario (ALASA), el cual fue lanzado recientemente.
De acuerdo con la investigación, el 75% de los gobiernos de América Latina y el Caribe le adjudican una importancia alta o muy alta al tema de gestión de riesgos, aunque la región representa solo el 3,5% de las primas de seguros agropecuarios mundiales contratadas en 2009.
“Este interés se explica, en gran parte, por el cambio climático y los impactos negativos que puede tener en la agricultura. No obstante, esta misma vulnerabilidad del sector es la que genera poco interés entre las aseguradoras y es el motivo por el cual el Estado debe participar en una modalidad público-privada”, aseguró Marcelo Núñez, Especialista en Agronegocios y Comercialización del IICA y uno de los autores del estudio.
Explicó que a través de este esquema el Estado aporta estabilidad, al proporcionarle a la actividad aseguradora recursos e insumos relevantes (como información sectorial y meteorológica), mientras el sector privado participa con su conocimiento y asume, total o parcialmente, los riesgos en un marco de estabilidad y con reglas de juego claras y permanentes.
Con el fin de estimular una mayor gestión del riesgo en los países del hemisferio e incentivar estas alianzas público-privadas, el IICA ha desarrollado distintos proyectos, entre los que destaca uno ejecutado con la Federación Interamericana de Empresas de Seguros (FIDES) y el Banco Mundial, que busca mejorar las capacidades técnicas de los profesionales de América Latina y el Caribe para diseñar, implementar y desarrollar sistemas de seguros agrícolas.
Esta iniciativa creará una Cátedra Virtual de las Américas en Gestión de Riesgos y Seguros Agropecuarios, en la que participarán empresas aseguradoras e instituciones académicas, con el apoyo de organismos internacionales de cooperación técnica como el IICA.
Además, se conformará una red de expertos como respaldo a la cátedra, para facilitar y promover alianzas publico-privadas más efectivas, adecuar marcos legales, evaluar los efectos del cambio climático, crear programas de seguros y educar a los productores sobre la importancia de gestionar los riesgos.
Análisis regional
El estudio del IICA y ALASA expone que en la Región Sur Argentina y Uruguay poseen una alta cobertura de pólizas, con un 65% y un 60% del área agrícola asegurada, respectivamente. En esta región hay un mercado de seguros competitivo, con 28 compañías en operación en Argentina y otras 20 en el resto de naciones.
Por lo general el mercado se maneja sin subsidios, aunque Argentina tiene algunas experiencias de programas provinciales que cuentan con ayudas para los pequeños agricultores.
Brasil posee una cobertura del 9% y tiene programas que subsidian primas, un fondo de emergencia vinculado a los seguros y un potente sistema de información de respaldo. En Chile y Paraguay está asegurada el 15% y el 28% del área dedicada al agro, respectivamente.
En la Región Andina la cobertura de seguros agrícolas es baja, solo alcanza el 1% de la tierra cultivada y existen menos de 10 empresas aseguradoras.
Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú tienen programas de seguros agrícolas para pequeños productores apoyados por los gobiernos, de manera que la mayoría de los países subsidian entre el 60% y el 100% del valor de la prima.
El informe agrega que en la Región Norte existen programas federales de seguros, con un alto apoyo financiero y técnico. México destaca como un ejemplo donde las alianzas público-privado han permitido el desarrollo de la industria aseguradora.
Este país cuenta con marcos legales y otros instrumentos de política que contemplan la participación del sector público mediante la aplicación de subsidios a la contratación de seguros, la constitución de fondos para complementar las coberturas que ofrecen las empresas aseguradoras o la participación del Estado como asegurador directo y reasegurador.
La Región Central, a pesar de ser altamente vulnerable a los fenómenos naturales, posee una baja penetración de los seguros agrícolas: 2% Honduras, 1,5% Nicaragua y 1% Guatemala.
En el último año, explica el reporte, los gobiernos han implementado programas nacionales para los pequeños productores, pero sin resultados significativos en la ampliación de la cobertura.
El Caribe es otra región vulnerable a los desastres naturales, al estar ubicada en el Cinturón de Huracanes del Atlántico. Aún así, para el 2011, menos del 10% de la población dijo recurrir al seguro como una forma de hacer frente a las emergencias.
“Es importante que los gobiernos visualicen su aporte a los seguros agrícolas como una manera de reducir el gasto público que deben asumir a la hora de enfrentar desastres naturales”, manifestó Núñez.
El estudio tiene la autoría de David Hatch, Marcelo Núñez, Fernando Vila y Kervin Stephenson.
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