Más de seis millones de km², repartidos entre nueve países, conforman la Amazonia, el bosque tropical más grande del mundo y uno de los puntos de equilibrio vitales del ecosistema de nuestro planeta. Pero la deforestación está poniendo en peligro esta gran reserva natural. ONU/George Love
Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre del planeta y juegan un papel fundamental en la vida de muchos de sus habitantes. Alrededor de 1.600 millones de personas -incluidas más de dos mil culturas indígenas- dependen de los bosques para vivir.
Los árboles constituyen literalmente el cimiento de muchos sistemas naturales. Ayudan a conservar el suelo y el agua, previenen las avalanchas, impiden la desertificación y protegen las zonas costeras. Los bosques son el acervo más importante de biodiversidad biológica terrestre, ya que en ellos se encuentra más de la mitad de las especies terrestres conocidas.
Desempeñan un papel fundamental en la vida cotidiana de las comunidades rurales. Suministran madera, leña, alimentos, forraje, aceites esenciales, gomas, resinas y látex, medicinas y sombra.
Los bosques ayudan a mitigar el cambio climático, principalmente por su capacidad de alterar el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera: cuando crecen, absorben parte del carbono, que queda almacenado en la madera, las hojas y el suelo. También contribuyen a proteger los recursos hídricos.
Pese a este increíble potencial ecológico, estamos destruyendo los bosques de los que depende nuestra supervivencia. La deforestación sigue siendo un grave problema: unas trece millones de hectáreas de bosque desaparecen cada año, una superficie equivalente a la de Costa Rica. La deforestación también contribuye en un 12 a 20% a la emisión de gases contaminantes que agravan el calentamiento global. No podemos ser humanos sin árboles.

Fuente: http://www.un.org