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Bogotá. |
La economía de Colombia ha sido resistente a los choques adversos globales de los últimos años. Un marco político muy fuerte y hábil manejo de la política facilitó a las autoridades con el espacio político necesarios para la adopción de medidas eficaces anticíclicas para mitigar el impacto de la crisis mundial de 2008-09. El crecimiento del producto se recuperó con fuerza en 2010 y se elevó a casi el 6 por ciento en 2011, apoyado por políticas macroeconómicas, términos de intercambio favorables, y disposiciones sobre flexibilidad de la línea de crédito. A medida que la brecha de producción cerrada, el banco central elevó la tasa de política monetaria del 3 por ciento a finales de 2010 a 5,25 por ciento en febrero de 2012.
Durante el año 2012 se espera un crecimiento haberse moderado por debajo de su tasa potencial estimada de 4 ½ por ciento, debido principalmente al impacto retardado de las políticas anticíclicas, los choques de oferta y menor demanda externa. La inflación cayó al 2,4 por ciento (año a año) a finales de año, del 4 por ciento a finales de 2011. Tras varios años de expansión económica robusta, la tasa de desempleo se redujo al 9,2 por ciento a finales de 2012 (de más del 17 por ciento en 2002). El déficit en cuenta corriente se mantuvo prácticamente sin cambios en el 3 por ciento del PIB, a pesar de la moderación en el crecimiento y los altos precios de exportación, la importación y grandes repatriaciones de utilidades de las empresas multinacionales parecen haber sido los principales factores que contribuyen. El déficit por cuenta corriente sigue siendo más que cubierta por grandes entradas netas de inversión extranjera directa, ejerciendo una presión al alza sobre el peso y llevando a un superávit de balanza de pagos que es probable que supere 5 dólares EE.UU. millones de dólares.
La orientación de la política macroeconómica durante 2012 se mantuvo prácticamente neutro. La política fiscal, medida en términos de la balanza no petrolera, se estima que ha sido en general el mismo que en 2011, y el ratio de deuda pública se prevé un descenso de un 33 por ciento y medio. El endurecimiento monetario de 2011, junto con los mayores requerimientos de provisiones, mitigado el ritmo de crecimiento del crédito bancario. En medio de una desaceleración económica que fue más pronunciada de lo previsto, el banco central redujo la tasa de política monetaria en 100 puntos básicos, hasta el 4,25 por ciento en la segunda mitad del año.
La salud financiera de las entidades de crédito de Colombia parece razonable. El sistema bancario se mantiene bien capitalizado y rentable, los préstamos en mora son bajos y bien abastecido-, y la financiación es estable, basándose sobre todo en depósitos domésticos. La Superintendencia Financiera con eficacia supervisa todas las instituciones financieras, y está tomando medidas para fortalecer la supervisión adicional.
En 2013, el crecimiento real del PIB de Colombia se proyecta en torno a su tasa potencial estimado mientras que la inflación se mantendría cerca del punto medio del rango meta del Banco Central. El déficit en cuenta corriente se mantendrá en torno al 3 por ciento del PIB. Los efectos de contagio de la crisis global se han limitado hasta ahora. Sin embargo, Colombia sigue siendo vulnerable a una desaceleración del crecimiento de los socios comerciales, una caída abrupta de los precios del petróleo, o un fuerte aumento de la aversión al riesgo global.
Ejecutivo Comité de la evaluación
Directores Ejecutivos elogiaron a las autoridades colombianas por su sólido marco de políticas y la gestión macroeconómica hábil, apoyado por la Línea de Crédito Flexible (LCF), que han contribuido a aumentar la capacidad de resistencia a los choques adversos y mantenido un fuerte crecimiento y baja inflación. Los directores reconocieron que los efectos secundarios de la crisis mundial se había limitado hasta ahora, pero señaló que la economía sigue siendo vulnerable a una fuerte caída de los precios del petróleo, una marcada desaceleración del crecimiento de los socios comerciales, y un fuerte aumento de la aversión al riesgo global. A su juicio, sin embargo, que Colombia aparece bien posicionado para hacer frente a los importantes desafíos a medio plazo que enfrenta la economía.
Los directores coincidieron en que la política neutral en términos generales previstas para 2013 es adecuada y que el presupuesto de 2013 se ajusta a medio plazo de los planes de consolidación fiscal. Coincidieron en que, en el contexto de un régimen de tipo de cambio flexible, hay espacio para la relajación monetaria adicional si los riesgos de un menor crecimiento. Un nivel adecuado de reservas internacionales, reforzado por el acuerdo de LCF, y las bajas tasas de la deuda externa pública y proveer amortiguadores adicionales. Directores tomaron nota de la evaluación del personal que el tipo de cambio está ampliamente en línea con los fundamentos.
Los directores felicitaron a las autoridades por la reforma fiscal recientemente aprobada y sus planes para reformar el sistema de pensiones. La mayoría de los directores alentaron a las autoridades a considerar un plan de consolidación fiscal más ambiciosa, se centró en el aumento de los ingresos no alimentarias, lo que podría ayudar a mitigar las presiones de apreciación, acumular reservas contra shocks adversos precios de productos básicos, y crear espacio fiscal para la mejora de la infraestructura pública.
Los directores señalaron la solidez del sistema financiero, que parece resistente a una gran variedad de golpes y es supervisado eficazmente, a pesar de los riesgos de concentración siguen siendo una fuente de fragilidad. Instaron a las autoridades a redoblar sus esfuerzos para mejorar el enfoque basado en el riesgo para la supervisión en línea con el Pilar 2 del marco de Basilea II, promover la independencia de jure y la protección legal de los supervisores, fortalecer la red de seguridad financiera, protegerse contra los riesgos de concentración y ampliar las competencias de supervisión y regulación de las sociedades de cartera de las entidades financieras. Los directores hicieron hincapié en la necesidad de seguir avanzando en la profundización financiera para afianzar aún más la estabilidad financiera y reducir los riesgos de concentración.
De cara al futuro, los directores consideraron que los marcos de políticas sólidas de Colombia reforzar su capacidad para hacer frente a desafíos a medio plazo, incluido el entorno de incertidumbre global, el elevado desempleo y la desigualdad de ingresos, la alta dependencia de los productos básicos basados en los ingresos, y la baja productividad del trabajo. Hacer frente a estos retos se requieren acciones decisivas para impulsar la competitividad, reducir las altas tasas de informalidad, aumentar el ahorro nacional y diversificar las exportaciones.
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