Perspectivas económicas mundiales: América Latina y el Caribe. Se espera que el crecimiento regional aumente a 3,5% en 2013.

Asegurar el crecimiento a mediano plazo.
Enero de 2013
Panorama general: El crecimiento económico se desaceleró abruptamente en América Latina y el Caribe en 2012, con lo cual la región registró el segundo peor desempeño entre todas las zonas no desarrolladas del mundo, después de Europa en desarrollo y Asia central. Un entorno externo débil y la contracción de la demanda interna contribuyeron en gran medida al mediocre crecimiento del PIB regional, estimado en 3% en 2012 (4,3% en 2011). El crecimiento de Brasil, la principal economía de la región, perdió notoriamente su impulso para llegar a una cifra estimada de 0,9% en 2012, de un ya modesto 2,7% en 2011; mientras que en Argentina, el crecimiento se contrajo de 8,9% el año pasado a apenas un 2%. La desaceleración fue menor en América Central y el Caribe, mientras que la economía de México, la segunda más grande de la región, siguió siendo sólida e incluso se expandió en alrededor de 4% en 2012, pese a sus fuertes vínculos con la economía de Estados Unidos, en incipiente recuperación. En otros lugares de la región, el desarrollo fue relativamente positivo, si bien más débil que en 2011. Chile registró un activo desempeño con un crecimiento estimado en 5,8% en 2012, al igual que Panamá (10%) y Perú (6,3%).
La actividad económica presentó un panorama bastante variado en la región en 2012. La producción industrial perdió impulso –aunque no en todos los sectores– durante la primera mitad del año, pero se recuperó en el tercer trimestre de 2012 para luego mostrar indicios de una nueva debilidad en el cuarto. El aumento de las remesas se desaceleró debido a las flojas condiciones laborales en los principales destinos migratorios de Estados Unidos y Europa. Por otra parte, la región recibió la mayor proporción de flujos de capital bruto (emisiones de bonos internacionales, préstamos bancarios sindicados transfronterizos y colocaciones de capital) hacia naciones en desarrollo, dando cuenta del 33% del total de US$412.000 millones durante los 10 primeros meses de 2012.
Perspectiva: Se espera que el crecimiento regional aumente a 3,5% en 2013, con un promedio de alrededor de 3,9% durante 2014-15, principalmente gracias a un contexto de políticas de adaptación en algunas de las principales economías de la región y el apoyo de la mayor demanda externa e interna. Se prevé que el crecimiento de Brasil se acelerará a 3,4% en 2013, impulsado por políticas de adaptación monetaria y fiscal, cuyos plenos efectos aún están por verse. Según los pronósticos, el crecimiento de México disminuirá a 3,3% en 2013, en parte debido a la menor expansión de Estados Unidos. Los exportadores de energía –Bolivia, Venezuela y Ecuador– registrarán una desaceleración en su crecimiento, al igual que América Central. El Caribe repuntará levemente, sobre todo gracias a República Dominicana.
Riesgos y vulnerabilidades: La región sigue siendo vulnerable a un entorno externo incierto, a la creciente exposición a Asia oriental y a factores específicos de cada país.
Parálisis de la zona del euro y parálisis fiscal de Estados Unidos. Si alguno de estos escenarios se concreta, el consiguiente debilitamiento de la demanda mundial y de la demanda de productos básicos afectaría negativamente los precios, los ingresos, el saldo fiscal y el crecimiento del PIB en la región, en particular en los países exportadores de estos productos. Las naciones con menos amortiguadores macroeconómicos podrían quedar particularmente inermes en caso de un debilitamiento grave de la demanda mundial.
Mirar hacia el Este. A medida que la región, particularmente América del Sur, se torna cada vez más dependiente de las exportaciones hacia el Este asiático, en especial a China, el riesgo de una desaceleración más fuerte de lo esperado en dicho país es un problema importante, sobre todo para los exportadores de productos básicos.
Errores en materia de políticas públicas. Los desequilibrios internos y/o los errores en materia de políticas también pueden afectar el crecimiento de algunas economías de la región. En las naciones del Caribe, donde los sistemas financieros son débiles, una desaceleración abrupta del crecimiento podría deteriorar marcadamente la calidad de los créditos y perjudicar aún más el desarrollo económico.

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