Plantea las reformas no deben contener formas de seguridad social preexistentes.

Ilustración.

En América Latina y el Caribe, la desigualdad que expresan los sistemas de protección social de
pensiones y de salud es tan extrema y tan difícil ha sido su reforma que el financiamiento del cuidado de
largo plazo no debe alinearse con las formas de seguridad social preexistentes, estableció la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en el documentode trabajo Panorama Social 2012.
En un acápite del documento" EL FINANCIAMIENTO DEL CUIDADO DESDE LA PERSPECTIVA
DE LA PROTECCIÓN SOCIAL
" el organismo de las Naciones Unidas señala que "El financiamiento de las políticas de cuidado debe estar destinado a que la satisfacción de las necesidades de cuidado de las personas dependientes no esté determinada por la provisión de cuidados informales que
se brinda en el seno familiar o por la capacidad individual de pago de servicios, ya que a escala de la
sociedad ambos ámbitos evidencian grandes desigualdades.
Por ese motivo, como parte del pacto social y fiscal sobre el cuidado, debe plantearse el
financiamiento mediante impuestos generales, cuyo impacto redistributivo está claramente determinado por
la presión fiscal, la estructura tributaria y el monto y origen de los recursos que se destinen a tal efecto. Pero
también es pertinente analizarlo en términos del aseguramiento dentro del marco de los sistemas de
protección social, aspirando a que se convierta en uno de sus pilares. Esto representa un cambio profundo de óptica respecto de los principios del Estado de bienestar, ya que originalmente el aseguramiento se concibió en relación únicamente con el trabajo asalariado, y los asuntos de género y familia se tomaban en
consideración solo en la medida en que afectaran la oferta de trabajo del proveedor masculino.

La solidaridad del financiamiento redistributivo y la universalidad plasmada en el acceso abierto a los
servicios están en el corazón del pacto sobre el cuidado. Ello se fundamenta en la necesidad de diversificar los riesgos asociados y en la aspiración de prestar servicios de creciente calidad. Con una racionalidad análoga a la del aseguramiento en materia de salud, es importante prever el aseguramiento del cuidado de largo plazo, dado el carácter fortuito de algunos eventos que pueden exacerbar la dependencia, y la imprevisibilidad en cuanto al nivel de dependencia que las personas mayores van a tener que enfrentar, más allá de las medidas preventivas y del autocuidado que puedan haber adoptado a lo largo de su vida para aminorarlo o de las condiciones socioeconómicas de que hayan podido disfrutar. Con respecto al cuidado de los niños, este no es un evento imprevisible sino deseado, relacionado con la necesidad de intervenir en esta fase del desarrollo. En este caso, los riesgos están asociados con el acceso a los servicios, mientras que en el caso de los eventos indeseados, el riesgo es doble: el acontecimiento del evento y la capacidad de encararlo.

En América Latina y el Caribe, la desigualdad que expresan los sistemas de protección social de
pensiones y de salud es tan extrema y tan difícil ha sido su reforma que el financiamiento del cuidado de
largo plazo no debe alinearse con las formas de seguridad social preexistentes. Debe asentarse en el
principio de iguales oportunidades de cuidado, lo que implica una arquitectura basada en los principios de
solidaridad y de universalidad, nutrida con impuestos generales y con formas de aseguramiento solidarias,
de carácter contributivo y no contributivo. En cuanto a la operación de la red así financiada, es preciso
establecer interacciones efectivas entre los servicios pertinentes para la prestación de cuidados (salud,
asistencia social) y la red de prestadores de la protección social existente, con regulaciones que impidan el
descreme del mercado y que velen por la calidad, teniendo en cuenta la universalidad encarnada en el
principio de igualdad de acceso al cuidado.

RESUMEN

Panorama Social de América Latina 2012. Documento informativo
Con objeto de arrojar nuevas luces sobre la desigualdad en el ámbito social, la edición de 2012 delPanorama Social de América Latina se aboca en gran medida a aspectos del mundo del cuidado respecto de los cuales no se contaba hasta ahora con información sistematizada para la región, a saber: empleo remunerado en actividades de cuidado, gastos de los hogares en este ámbito y situación y requerimientos de cuidado de personas con discapacidad. En efecto, esta publicación contribuye a generar conocimientos en un ámbito de la reproducción social que ha sido tradicionalmente soslayado por la política pública y que en los últimos años ha ingresado con brío en el debate y en las agendas políticas de los países de América Latina y el Caribe. 

En este marco, el Panorama Social de América Latina, 2012 se ha dividido en dos partes. La primera incluye los capítulos I y II sobre la dinámica reciente de la pobreza y la distribución del ingreso, así como sobre las percepciones ciudadanas respecto de la desigualdad y la confianza en las instituciones. La segunda se aboca específicamente al tema del cuidado desde la perspectiva conceptual y política de este como un derecho, la situación del empleo remunerado en actividades de cuidado, el comportamiento del gasto social —y, sobre todo, del gasto de los hogares en servicios de cuidado—, las condiciones de las personas con discapacidades y sus requerimientos de cuidado y, finalmente, las últimas políticas que los países están poniendo en práctica y los desafíos a futuro.

Fuente del contenido:http://www.cepal.org/publicaciones/xml/5/48455/PanoramaSocial2012DocI-Rev.pdf