Una nueva herramienta de la FAO permite a los países y cuencas hidrográficas con escasez de agua un uso más productivo de este recurso


20 de abril de 2017, Roma - Medir la eficacia con que se utiliza el agua en la agricultura, en especial en los países donde este recurso es escaso, es ya posible gracias a una nueva herramienta con tecnología de punta desarrollada por la FAO. 
Hoy fue activada la base de datos de acceso libre de WaPOR (siglas en inglés de Water Productivity Open-access portal), con imágenes de satélite que ayudan a los agricultores a obtener rendimientos agrícolas más fiables y a optimizar los sistemas de riego. 
WaPOR fue presentada esta semana durante una reunión de alto nivel de los socios de la FAO centrada en la iniciativa Hacer frente a la escasez de agua en la agricultura: marco de acción mundial en un clima cambiante. La herramienta permite analizar de forma detallada el agua utilizada en los sistemas agrícolas, generando evidencia empírica sobre cómo usarla de forma más productiva. 
La utilización mundial de agua -la mayor parte de la cual se destina a la agricultura-, ha superado el ritmo del crecimiento demográfico durante la mayor parte del siglo pasado, y algunas regiones están cerca de superar los límites sostenibles. 
"El uso del agua continúa aumentando a la par que el cambio climático -con el incremento de sequías y el fenómenos meteorológicos extremos- y está alterando y reduciendo la disponibilidad de agua para la agricultura", asegura María Helena Semedo, Subdirectora General de la FAO, para Cambio Climático y Recursos Naturales. "Resulta así prioritario hacer que cada gota cuente, subrayando la importancia de cubrir las crecientes necesidades de la producción de alimentos con incrementos de eficiencia". 
WaPOR criba las imágenes satelitales y utiliza la potencia de Google Earth para elaborar mapas que muestran la cantidad de biomasa y el rendimiento que se obtiene por m3 de agua consumida. Los mapas se pueden renderizar en resoluciones de tan sólo 30 a 250 metros, y se actualizan en un período de uno a diez días. 
El equipo de tecnologías de la información de la FAO, junto a expertos de tierra y agua, han diseñado WaPOR a través de un proyecto de 10 millones de dólares EEUU financiado por el Gobierno de los Países Bajos, que abarca África y el Próximo Oriente, centrándose en los países clave que ya experimentan -o se calcula sufrirán pronto- escasez de agua. 
La base de datos a nivel del continente 
puede consultarse en Internet desde hoy, mientras que los datos a nivel nacional estarán disponibles en junio para Benín, Burundi, Egipto, Etiopía, Ghana, Jordania, Kenya, Líbano, Malí, Marruecos, Mozambique, Ruanda, Túnez, Uganda, Cisjordania y la Franja de Gaza, y Yemen. En octubre se añadirá más información detallada, comenzando con áreas piloto en Líbano, Etiopía y Malí. 

Cómo funciona


WaPOR mide la evapotranspiración -una fase clave en el ciclo natural del agua- que consiste en agua que se evapora directamente a la atmósfera y la que regresa a la misma después de pasar a través de una planta y emerger como vapor exudado por las hojas. La evapotranspiración aporta una medida directa del agua consumida por un cultivo durante una temporada de crecimiento y, cuando se relaciona con la biomasa y el rendimiento de los cultivos, permite calcular la productividad del agua en estos últimos. 
De este modo, la nueva herramienta permite obtener evaluaciones detalladas para monitorear el funcionamiento de un grupo seleccionado de zonas de regadío, apoyando los planes de modernización y ayudando a que las mejoras resulten en que todos los usuarios del agua reciban servicios hídricos más fiables y rentables, más adaptados al incremento de la variabilidad climática. 
El programa WaPor utiliza una metodología basada en píxeles para producir mapas integrales que permitan un mejor uso de los recursos naturales. Cuando se combinan con datos en tiempo real, los agentes de extensión agrícola pueden ayudar a los campesinos a lograr rendimientos agrícolas más fiables, mejorando sus medios de subsistencia y haciéndolos más sostenibles. 
"Apoyar a los pequeños agricultores con acceso a información geoespacial que puede optimizar la disponibilidad de agua y frenar su vulnerabilidad al cambio climático, es una misión clave para la FAO, y este es un primer paso importante", aseguró René Castro Director General Adjunto de la FAO al frente del Departamento de Biodiversidad, Tierra y Agua. 
El 
Instituto Delft para la Educación relativa al Agua (IHE), que forma parte de la UNESCO y es la mayor institución académica internacional sobre el agua, y el Instituto Internacional de Gestión del Agua (IWMI) apoyarán los esfuerzos de los países en desarrollo para impulsar la capacidad de utilizar la nueva tecnología, adaptando las respuestas a peticiones directas relevantes y con análisis de series temporales y descargas de datos sobre variables clave que contribuyan a las evaluaciones de la productividad del agua y la tierra. 
La herramienta WaPOR se está desarrollando en colaboración con un grupo de asociados en los Países Bajos -eLEAF, Universidad de Twente, ITC y Fundación Waterwatch-, así como VITO en Bélgica. El plan de trabajo prevé crear aplicaciones que pueden ejecutarse en teléfonos inteligentes, permitiendo el uso relevante a nivel local de información de la base de datos espacial. 

Contabilizar el agua


La contabilidad del agua se promueve cada vez más como una herramienta imprescindible, en especial en las zonas donde escasea el líquido elemento. Incluye evaluaciones coherentes de la disponibilidad de recursos hídricos, que debe incorporar factores climáticos y garantizar derechos equitativos, en particular la asignación de agua para usos domésticos e industriales y de forma más general para los servicios ecosistémicos. 
La FAO ofrece asesoramiento técnico para desarrollar marcos apropiados para auditar y contabilizar el agua. 
Se calcula que para cada grado centígrado de calentamiento global, el 7 por ciento de la población mundial experimentará una disminución del 20 por ciento o más en los recursos hídricos renovables. Una mejor gestión de estos recursos hídricos se considera un aspecto de vital importancia en la gran mayoría de los planes nacionales de adaptación y mitigación del cambio climático presentados para cumplir los compromisos contraídos en virtud del 
Acuerdo de París sobre el cambio climático.